Por Hugo Sager*
El Presupuesto General de gastos de la Provincia es la principal herramienta de gestión estatal y de garantía de derechos en condiciones de igualdad. Lo elabora el Poder Ejecutivo y lo envía a la Legislatura para que ésta lo analice, lo debata y lo apruebe (o no).
Días atrás el gobernador Jorge Capitanich presentó en la Cámara de Diputados, como lo exige la Constitución Provincial, el proyecto de Presupuesto para el 2023. Poco después recibimos en la Comisión de Hacienda y Presupuesto al ministro del área, Santiago Pérez Pons, que brindó detalles sobre la norma y se ofreció a acercar información específica a los y las legisladores que así lo solicitaran.
El primer dato que arroja el análisis del nuevo presupuesto se puede sintetizar con la palabra “realista”: nuevamente presenta superávit pero sin eliminar partidas; antes bien, hay una fuerte inversión en obra pública para alcanzar los 20 mil puestos de trabajo en la construcción, que ha sido el motor de la economía en nuestra provincia.
Como novedad, los equipos técnicos trabajaron mucho en especificar qué partidas serán asignadas en función de una mirada que priorice las perspectivas de género y ambiental, y la protección de las infancias y las juventudes. Dicho de otro modo: es dinero volcado a garantizar y ampliar derechos. Para nosotros es un motivo de orgullo, porque hacemos punta como provincia y le damos volumen a los debates de nuestra clase política.
También se ratifica el rumbo de la política salarial para que los ingresos de los trabajadores le ganen a la inflación, algo difícil pero que se ha demostrado que se puede, sin ajuste. El realismo del que hablamos nos permite tener previsibilidad e invertir en programas para el primer empleo, como vía de inserción de gran parte de la población, y fundamentalmente los jóvenes, en el mundo del trabajo.
Por cierto, hoy estamos en los niveles más bajos de deuda provincial comparándola con el PBI, producto de una óptima negociación de la deuda generada durante el macrismo (US$ 250 millones de crédito con una tasa internacional muy alta) y ese ahorro se está volcando en la mejora de la infraestructura educativa y del sistema sanitario.
Pero hay algo que el Presupuesto no refleja, y tiene que ver con las políticas provinciales y regionales que se están llevando a cabo para potenciar nuestro perfil productivo y el fin de las postergaciones históricas. Los hitos que se lograron desde la conformación de la Asamblea de Gobernadores del Norte Grande y el Parlamento del Norte Grande no tienen parangón. La región se transformó en un gigante de diez cabezas al que el país y el mundo comienzan a prestarle atención.
Ahora, cuando hablamos de seguir trabajando en la cuestión energética porque estamos llegando al período que consideramos “pico”, o cuando exigimos que el presupuesto nacional garantice un piso del 40% de los fondos destinados a infraestructura para consolidar la vía de conexión entre el Atlántico y el Pacífico, somos diez gobernadores, treinta senadores nacionales, más de setenta diputados nacionales trabajando en la misma dirección. Quién diría que esto empezó con dos gobernadores proponiendo una patriada: uno de ellos, Jorge Capitanich.
Cabe aclarar que la unión regional no es sólo para discutir de igual a igual con el gobierno nacional. La histórica misión comercial de mandatarios del Norte Grande a Washington y Nueva York, con el objeto de fortalecer una agenda de inversiones y comercio exterior, abrió un abanico de oportunidades para potenciar tecnológicamente la cadena del algodón e instalar nuevas fábricas en suelo chaqueño, por nombrar algunos logros.
Y antes, producto de un acuerdo entre nuestra provincia y directivos de Santana Textil en Brasil, se logró que la compañía inicie un plan de inversiones de $ 6000 millones, que además de la incorporación de maquinaria asegura la generación de 321 nuevos empleos para llegar a 800 puestos de trabajo en la planta de Puerto Tirol.
Mientras esto avanza, la Mesa Nacional Algodonera reconoce a la Provincia del Chaco como la principal productora de algodón del país, lo cual se traduce en una mejora de financiamiento para el ciclo 2022-2023 de acuerdo al Plan de Desarrollo Sustentable y Fomento de la Producción Algodonera. Resultados que hablan del esfuerzo común del productor algodonero y el Estado Provincial.
La inflación nos golpea fuerte. Los condicionamientos internacionales producto del endeudamiento irresponsable del gobierno de Mauricio Macri, que no se tradujo en inversiones sino en fuga de capitales récord, es parte de la pesada herencia de la que tenemos que seguir haciéndonos cargo. Pero no hay dudas de que éste es el camino.