La entidad, que pertenece a la Iglesia Católica y que está presente en todo el mundo, quedó expuesta tras una auditoría que reveló falencias e irregularidades en el ambiente de trabajo.
El Papa Francisco tomó la decisión de echar e intervenir Cáritas Internacional después de una investigación que se hizo sobre el ambiente de trabajo de este ente que coordina las más de 150 diversas Cáritas de las conferencias episcopales de todo el mundo.
El cardenal filipino Luis Antonio Tagle, hasta ahora presidente de CI, fue quien brindó la en información y negó que los problemas hallados tengan que ver con abusos sexuales o manejos turbios de dinero.
“Es el resultado de un estudio cuidadoso e independiente que no se refiere a casos de abuso sexual o mala gestión del dinero, sino que pretende ser una llamada a caminar humildemente con Dios y un proceso de discernimiento”, reveló Tagle, que leyó en una reunión plenaria de CI en Roma el decreto con el cual el Papa descabezó a la cúpula de CI, que es una confederación de 162 organizaciones de ayuda humanitaria, desarrollo y servicio social que trabaja en más de 200 países y territorios.
Un comunicado del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral precisó que tras la investigación independiente que se hizo en CI “se observaron deficiencias en los procedimientos de gestión, que también tuvieron un efecto negativo en el espíritu de equipo y la moral del personal”.
Según el decreto pontificio, que nadie esperaba, el objetivo de la intervención es “mejorar el cumplimiento” de la misión de CI de asistencia al Sumo Pontífice y a los obispos en el ejercicio de su ministerio con los más pobres y necesitados. Para lograrlo, se revisará “el actual marco reglamentario para hacerlo más adecuado a las funciones estatutarias de la organización, así como para prepararlo para las elecciones que se celebrarán durante la próxima Asamblea General”.
En este contexto, el Papa designó como “comisario extraordinario” al ingeniero italiano Pier Francesco Pinelli, conocido por su trabajo en el mundo del voluntariado y cultor de la espiritualidad ignaciana, que manejará temoporariamente el organismo, con plenas facultades para hacer los cambios necesarios. Pinelli será asistido por María Amparo Alonso Escobar, economista española actualmente directora de Incidencia de CI, y por el padre jesuita portugués Manuel Morujão para el acompañamiento personal y espiritual del equipo.
Mientras dure este período de reorganización de CI, el Papa decidió despedir a la plana mayor del organismo, aunque, precisó el decreto, “la medida no tendrá impacto en el funcionamiento de las organizaciones miembro y en el servicio de caridad y solidaridad que llevan a cabo alrededor del mundo; es más, servirá para reforzar dicho servicio”.
Pinelli y Alonso gestionarán las operaciones de CI “para asegurar estabilidad y liderazgo empático” y trabajarán para completar las candidaturas y el proceso de elecciones de sus nuevas autoridades, que se realizará durante la próxima Asamblea General en mayo de 2023. En la preparación de este evento, el comisario será apoyado por el cardenal Tagle y presidente emérito de la organización, quien actuará de puente entre las Iglesias locales y las organizaciones miembro de Cáritas Internacional, indicó el texto del decreto.
Al anunciar la novedad en una reunión plenaria en Valle Aurelia, Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización de los Pueblos -y considerado un “papable” en caso de eventual cónclave-, admitió que era un baldazo de agua helada.
“Sí, esta noticia puede traer tal vez cierta inquietud o confusión a algunos de ustedes. Pero deben tener la seguridad de que esta decisión del Santo Padre se produjo después de un estudio cuidadoso e independiente del entorno de trabajo de la Secretaría y del gobierno ejercido por las personas y organismos responsables”, dijo, según el portal Vatican News.
“Quiero asegurarles que no se trata, no se trata, no se trata -repitió tres veces- de acoso o abuso sexual. No se trata, una vez más, de una mala gestión del dinero. No se trata de eso. El decreto establece claramente su intención”, agregó. Y agradeció al hasta ahora secretario general del organismo, el francés-indio Aloysius John -ausente en la sala-, a los miembros del Consejo Ejecutivo y a todos los altos cargos que, con el decreto papal, resultaron despedidos.
Cáritas Internacional está bajo la autoridad del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (DSDHI), que en un comunicado precisó que a inicios de este año encargó una evaluación sobre el ambiente de trabajo en el Secretariado General de CI en consonancia con los valores católicos de dignidad humana y respeto por cada persona. El estudio fue realizado por un panel de expertos independientes que incluyó a Pinelli, el nuevo “comisario extraordinario” y psicólogos que hablaron tanto con empleados actuales como antiguos colaboradores de Cáritas.
“De este trabajo en equipo, no surgieron evidencias sobre mala gestión financiera ni comportamientos inapropiados de carácter sexual, pero sí se evidenciaron otros temas importantes y áreas de atención urgente. Se observaron deficiencias en los procedimientos de gestión, que también tuvieron un efecto negativo en el espíritu de equipo y la moral del personal”.
Al saludar a CI en su 70 aniversario, el 12 de diciembre pasado en un Angelus, el Papa había dejado entender que había algo que no funcionaba. Entonces, y según información recabada por la periodista Elisabetta Piqué, al margen de invitar a sus integrantes a seguir adelante con humildad y creatividad con su servicio por los más marginados, también les hizo una recomendación: “racionalicen la organización, para que el dinero no vaya a la organización, sino a los pobres”. “Racionalicen bien esta organización”, pidió algo que ahora se entiende que fue el prólogo de la intervención actual.