Luego de que Juntos por el Cambio acordara una tregua tras los fuertes cruces entre sus referentes, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, manifestó que para dirimir las diferencias prefiere que todo se resuelva en una interna donde se expongan los diferentes modelos que se proponen para las elecciones del año próximo.
En diálogo con LN+, el dirigente porteño fue consultado por la disputa con sus pares dentro de la coalición que tienen intenciones de competir por la Presidencia de la Nación en 2023. “Creo en la necesidad de la experiencia, necesitamos gente que conozca el Estado y haya probado éxito en sus funciones”, expresó evitando generar nuevas polémicas pero resaltando su rol al frente del Poder Ejecutivo de la Capital Federal.
No obstante, aclaró que se siente “más cómodo” con una interna dentro de Juntos por el Cambio “donde haya claramente diferentes modelos y cada uno presente sus ideas”. En este marco, Larreta acotó que quiere dirimir las diferencias “con quien sea”: “Sea algún radical, Mauricio Macri o quien sea”. El jefe de Gobierno de la Ciudad solo mencionó el nombre del ex presidente y evitó pronunciarse al respecto de Patricia Bullrich y los presidenciables de la UCR.
“Yo quiero transmitir mi convicción de que se puede, de que no hay soluciones mágicas -que requiere un rumbo claro a largo plazo y requiere un plan integral. Yo no puedo contestar en una línea cómo se baja la inflación, sería un chanta porque es algo complejo y solo la vas a bajar en el marco de un plan de desarrollo”, sentó su postura.
En este sentido, dijo que “el cambio tiene que ser rápido” y “el plan debe ser presentado” al día siguiente de asumido el nuevo gobierno: “Tiene que ser un cambio federal, basta de esta concentración unitaria del kirchnerismo. Con esta visión y la experiencia de laburo de todos los días creo que la Argentina puede salir adelante”.
En modo electoral, Larreta contó que recorre todos los fines de semana distintos puntos de la Argentina y que escucha de la gente expresiones de temor e incertidumbre por la inseguridad, por la falta de futuro, por no poder llegar a fin de mes; pero se mostró optimista: “La Ciudad de Buenos Aires es un ejemplo de que se puede y no hay que perder las esperanzas”. “Se hace con mucho laburo, no hay soluciones mágicas”, agregó.
De cara al futuro del país, el jefe de Gobierno de la Ciudad planteó como clave que la dirigencia política alcance acuerdos por fuera de las diferencias entre las principales coaliciones: “Hay un clima público de discusión de grieta en el mundo, pero al final la gente no vota eso, quiere aplomo; la gente quiere dirigentes que sean capaces de resolver problemas”.
En ese sentido, aclaró que “no necesariamente” hay que acordar con el kirchnerismo, espacio al que definió como “una expresión cada vez más minoritaria”.
“Con el kirchnerismo que cree que la inflación la vamos a controlar mandando militantes de La Cámpora a los supermercados yo no me voy a poner de acuerdo nunca. Es una expresión que demostró que ha fracasado. Tenemos que construir una mayoría que nunca es todos, pero que coincida que tenemos que abrirnos al mundo y crea en un país federal”, concluyó.