El intendente de Resistencia Gustavo Martínez continúa como uno de los jefes comunales de peor imagen del país. De hecho, en encuestas realizadas a lo largo del año siempre se ubicó entre los tres peores de todo el país.El jefe comunal de la ciudad más importante de la provincia siente el impacto de esto, y salió en busca de votos para revertir esto. Pero, las medidas están lejos de ser acertadas, teniendo en cuenta que la prioridad en el 2022 fue realizar espectáculos musicales, recepciones, carreras de autos o eventos de diferente índole, pero se olvidó de gobernar para los vecinos, ya que no hubo mejoras de calles, un sistema de recolección ordenado, mejoras en iluminación, mejoras en el tránsito ni mejoras en el transporte público, que son los requerimientos más sobresalientes de la ciudad.
En su intención de recolectar votos, el intendente decidió en las últimas semanas de diciembre presentar una denuncia contra movimientos sociales, para evitar los cortes de calle. La sociedad está cansada de los cortes, pero es llamativo que el jefe comunal tome esta determinación en la previa a un año electoral. Raro.
De hecho, el gobernador Capitanich lo “Salvó” en algunas cuestiones, tales como hacer caer la licitación del nuevo transporte público (que en octubre dejó de funcionar), acordó con las empresas continuar trabajando y realizó una nueva licitación, más transparente, que permitió que la gente vuelva a utilizar el transporte público.
Y hablamos de transparencia en el acto licitatorio porque la empresa ganadora (en la licitación realizada exclusivamente por la municipalidad de Resistencia), es la misma que ganó todas las licitaciones de grandes obras de la ciudad (que no solo no se ejecutaron en tiempo y forma, sino que además están lejos de su finalización), y despertó fuertes denuncias de ediles de la oposición. Denuncias que si bien no llegaron a la justicia, si derivó en al intervención de Capitanich para una vez más “salvar las papas” del jefe comunal.
Es de destacar que el tránsito es cada día más caótico, con calles desastrosas y una notoria falta de infraestructura para evitar siniestros viales que periódicamente se cobra la vida de algún vecino. Faltas de semáforos o artefactos viales descompuestos son una constante en la ciudad más importante del Chaco, a lo que se le suma la falta de conocimiento vial por parte de muchos conductores, hacen un coctel explosivo que cada tanto se cobra la vida de un chaqueño.
Relacionado a esto se encuentra el estado de las calles, muchísimas llenas de baches y donde las obras realizadas fueron ejecutadas siempre por el gobierno provincial.
La basura también es otro ítem que queda en el debe respecto a la gestión de Martínez (que vale recordar, ya pasaron tres años desde su asunción), y donde la recolección se hace en lugares de manera estipulada, y en otras no, donde es una incógnita saber cuándo pasará el recolector de basura.
Habrá que esperar a ver que sucede en 2023, aunque con tres años sobre el lomo, nada hace prever que la situación cambie.
