La titular de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste, Rosana Gerometta, manifestó: “Además de adquirir ropa y útiles, también es necesario presentar un control de salud de los niños, que incluye el estado de la salud visual”.
Explicó que, durante las clases, existe una mayor actividad visual de cerca para lecturas, visualizar videos o participar de interactivos dejando así de lado algunas actividades al aire libre. Por lo tanto, este comienzo aumenta el tiempo de empleo de la visión cercana.
Esta mayor actividad visual de cerca está regulada también por una serie de movimientos musculares voluntarios e involuntarios que pueden agobiarse, si se mira mucho tiempo de corrido de cerca. Se exige al sistema visual más de lo que venía trabajando, se esfuerza el sistema. Esto facilita la aparición de trastornos visuales hasta el momento no detectados como pueden ser lagrimeo, dolores de cabeza, enrojecimiento ocular entre otros.
Además, hay que recordar que los niños y niñas están en una edad madurativa de su sentido de la visión hasta aproximadamente los 7-9 años de edad y cualquier obstáculo a esa edad (traumatismos, deviaciones oculares, miopías e hipermetropías no corregidas, etc.), puede traer aparejado alteraciones visuales serias y, muchas veces, irreversibles.
Asimismo, agregó que la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil (SAOI) indica la frecuencia esperada para el control visual en un niño, es decir, cada cuanto hay que controlar la visión del niño con el oftalmólogo y menciona que debería hacerse al nacimiento, 6 meses, 1º año, 3 años, 5 años y luego anualmente antes del ingreso escolar.
Para finalizar dijo que, tanto en Resistencia como en Corrientes, existen servicios públicos y privados de atención oftalmológica de calidad que pueden ser consultados.
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Fuente: Agencia FOCO.
