Desde hace 70 años, el INTA Sáenz Peña trabaja en el mejoramiento genético del algodón para dar respuesta a las demandas de este sector productivo. Así, se obtuvo la variedad de fibra extralarga de producción nacional, denominada sp21. Este logro del INTA, un organismo dependiente de la Secretaría de Agricultura de la Nación, tiene gran potencial de sustituir importaciones, disminuir costos y producir prendas de calidad con potencial de exportación. El gobernador Jorge Capitanich visitó este mediodía las instalaciones de la Estación Experimental del INTA Sáenz Peña, oportunidad en la que asistió a la presentación del lote algodón SP 22 Extra Largo con capacidad de longitud de 32 mm en virtud de propiciar una variedad genérica compatible con la demanda del mercado textil.
“Estamos felices de anunciar este logro tecnológico”, señaló Diana Piedra, directora del centro regional Chaco Formosa del INTA. “Es un aporte concreto al sector algodonero que permite sustituir la importación de fibras extralargas para la confección de prendas. Ahora, la vamos a producir en la Argentina, con variedades nacionales y con potencial de exportación”, agregó. A su vez, Piedra celebró la resistencia de esta variedad de algodón que permite “que esta planta se adapte a una región como la nuestra siempre tan castigada en términos climáticos”. “Tenemos una escucha permanente respecto a las necesidades que tienen los productores y que tiene la industria” y agregó: “la articulación con empresas del sector privado es una alianza estratégica y fundamental”.
De acuerdo con Alex Montenegro –responsable del Laboratorio de fibra y semilla de algodón del INTA Sáenz Peña, Chaco–, “el primer plantel de la variedad SP21 está en plena fase reproductiva, es decir, en la formación de frutos”, señaló Y destacó “el alto desarrollo y el buen porte de planta, así como una singular carga de frutos”. El especialista subrayó que “estos buenos rendimientos fueron obtenidos en condiciones no favorables para su desarrollo, por lo que estamos doblemente orgullosos”. Es que, según detalló, “se registraron 300 milímetros de agua de lluvia, es decir, que la variedad recibió el 50 por ciento del agua que necesita para el normal desarrollo del ciclo del cultivo, distribuidos de noviembre a marzo”.
Además, explicó que, si bien para el crecimiento de este fruto se requiere una temperatura ambiente de entre 27 y 30 grados para no comprometer una buena formación, a pesar de las altas temperaturas registradas durante la campaña se obtuvo una importante cantidad de frutos, siendo una característica promisoria de este cultivar. De allí, que el especialista del INTA celebró la alta resistencia al estrés hídrico y ambiental que registró esta variedad de algodón que fue desarrollada puntualmente para obtener una longitud mayor de fibra.
De acuerdo con Montenegro, el ciclo de vida de la planta consiste en tres fases: la vegetativa, la reproductiva y la de madurez fisiológica, momento a partir del cual se produce la fibra de algodón. “Cada fase del cultivo tiene su propio requerimiento y va a responder según las condiciones de precipitación, de temperatura y de luz en las que se desarrolle”, explicó el especialista del INTA Sáenz Peña.
Según detalló, la fase inicial es la vegetativa y va desde la siembra hasta la obtención de una planta o todo el porte de la planta y el desarrollo y el crecimiento de las hojas. Una vez que florece, las flores son fecundadas y paulatinamente se van formando los frutos, siendo esta la fase reproductiva.
Actualmente, la variedad SP21 está en plena formación de frutos y, aproximadamente, en un mes estará lista para cosechar. “Observamos que la planta alcanzó una altura de 1,7 metros con una alta expiación foliar. Y, en el interior de cada planta, se encuentran entre 7 y 12 frutos formados. También se debe mencionar que cada fruto a la madurez se transformará en un capullo que contiene la fibra extralarga”, detalló. Todo este trabajo se realizó en el marco de convenios de vinculación tecnológica con las empresas Halgon SAS y Pato Pampa con el fin de impulsar la investigación y potenciar la producción de la nueva variedad a campo. Esta articulación público privada posibilitó producir fibra extra larga y desarrollar línea genéticas.