Es tan triste la noticia, que ya ni siquiera llama la atención. Gustavo Martínez, el intendente de Resistencia que convirtió a la capital chaqueña en un polvorín, llena de obras inconclusas, oscura, sucia y varios otros adjetivos negativos que define su gestión, es considerado el peor jefe comunal de Argentina.
Siempre, desde el 2020, se ubicó entre los peores, pero en el último informe de la prestigiosa consultora CB, lo ubica directamente en el último lugar del ranking.
Y decimos que no llama la atención porque Resistencia es una ciudad que detuvo su crecimiento. O mejor dicho, la evolución que tuvo se la dio el gobierno provincial, que se ocupó a lo largo de estos tres años y cinco meses de hacer las obras de pavimento e iluminación que el municipio no realiza, a pesar que su primera acción fue subir considerablemente los tributos municipales, algo que siguió incrementándose a lo largo de los años.
Alcanza con ver como está hoy la plaza 25 de Mayo, que hace más de un año está cerrada para realizar obras que no eran prioritarias, ni siquiera necesarias, ya que era un emblema de la ciudad y era considerada una de las más lindas de Latinoamérica.
Pero si el centro de la ciudad está horrible ¿Qué decir de los barrios?
La recolección de basura es una preocupación recurrente de los vecinos, que saben que en este tiempo habrá un servicio medianamente normal, pero que tras las elecciones nuevamente quedarán librados a la buena de Dios.
El arreglo de las calles -a decir del propio intendente- es un costo muy alto para la comuna, y el municipio no está en condicione de afrontarlo. Es por eso que las calles no se arreglan lejos del centro.
La iluminación en muchos lugares es inexistente.
El mantenimiento de los espacios verdes y cortes de pasto alrededor de calles no se da, y la limpieza de zanjas también es una cuestión de azar.
Sólo Martínez tuvo la suerte a lo largo de su gestión que no hubo períodos de lluvias, porque en los pocos días lluviosos que hubo recientemente, la ciudad volvió a ser una palangana donde transitar era casi imposible.
Por todo esto, Gustavo Martínez es considerado una vez más el peor intendente del país. Y sí, tristemente, no llama la atención.