Se trata de William Patón, el jugador de fútbol que generó el repudio generalizado luego de patear en la cabeza a un árbitro el fin de semana durante un encuentro por un torneo amateur en Sarandí.
El joven, que llevaba la 10 en su equipo, fue sancionado por la Aprevide luego del episodio y no iba a poder entrar nunca más a un estadio ni participar en competencias deportivas.
Además fue acusado por tentativa de homicidio en un encuentro deportivo y la policía iba a buscarlo para detenerlo.
Patón, antes que lleguen los efectivos, se disparó en la cabeza con un arma de fuego. Los policías hallaron su cuerpo sin vida.