En la noche de este miércoles, se vivió un debate político candente y tenso entre los cinco candidatos a vicepresidente de Argentina, en la antesala del esperado debate presidencial del 1° de octubre. Agustín Rossi (Unión por la Patria), Luis Petri (Juntos por el Cambio), Victoria Villarruel (La Libertad Avanza), Florencio Randazzo (Hacemos por Nuestro País) y Nicolás del Caño (Frente de Izquierda) se enfrentaron en un enfrentamiento que no dejó indiferente a nadie.
El debate, convocado por el canal Todo Noticias (TN), se caracterizó por discusiones desordenadas y momentos de tensión extrema. Victoria Villarruel, la candidata a vicepresidenta de Javier Milei, fue objeto de fuertes críticas, especialmente por parte de Agustín Rossi y Nicolás del Caño. Del Caño, por ejemplo, la confrontó preguntándole qué le había dicho el exdictador Jorge Rafael Videla, recordando que Villarruel lo visitaba en la cárcel. Sin embargo, Villarruel optó por no responder a la pregunta.
Luis Petri, compañero de fórmula de Patricia Bullrich, trató de mantener el debate centrado en temas relevantes, presentando datos y estadísticas relacionadas con la economía, la inseguridad y la educación. En un momento, expresó la determinación de «buscar a los narcos» junto a Patricia Bullrich.
Florencio Randazzo, el candidato a vicepresidente de Juan Schiaretti, se defendió de las críticas de Villarruel, quien acusó a los cuatro candidatos de «vivir del Estado» durante 76 años. Randazzo afirmó estar orgulloso de haber aportado soluciones desde la función pública, recordando su pasado como ministro de Transporte durante el gobierno de Cristina Kirchner.
La tensión aumentó cuando Luis Petri acusó a Victoria Villarruel de ser un «ñoqui» del Congreso y la cuestionó por no haber presentado ningún proyecto sobre inseguridad en dos años. Petri, hasta entonces neutral en sus críticas hacia Villarruel, se unió a la estrategia de Rossi y Del Caño de atacar a la candidata libertaria.
Los tres principales ejes de debate fueron la economía, la inflación y el empleo; el rol del Estado y la conflictividad social; y la política de seguridad, defensa y justicia.
El punto culminante de la tensión se produjo durante los derechos a réplica y en un lapso de ocho minutos en el que la discusión se volvió más encendida. Sin embargo, el enfrentamiento más áspero tuvo lugar entre Agustín Rossi y Victoria Villarruel. Rossi comparó a Villarruel con el genocida Alfredo Astiz, acusándola de ser una «infiltrada de la democracia» debido a sus visitas a genocidas. Villarruel defendió sus encuentros como una forma de recopilar información para un libro, pero Rossi no aceptó su explicación.
Antes de este intenso cruce, Rossi había acusado a Villarruel de «hacerse la mosquita muerta» y Villarruel expresó que en varias ocasiones sintió que sus oponentes la habían elegido como blanco de críticas.
El próximo 1° de octubre, la atención se centrará en el debate de los candidatos a presidente, que se llevará a cabo en Santiago del Estero y promete ser otro evento político de alto voltaje.