El Tribunal Oral Penal N°1 dio a conocer ayer los fundamentos de la pena de prisión por siete años impuesta al ginecólogo Gerardo Alejandro Dahse, por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante a una paciente en su consultorio.
Pese a ello el condenado continuará en libertad pero tiene prohibido ausentarse de la provincia y el país sin autorización y el tribunal.
Debe acudir al tribunal cada mes a firmar un comparendo y además no puede acercarse a la víctima ni contactarse con ella por cualquier medio,
Sin embargo el ginecólogo se prepara para volver a sentarse en el banquillo. El médico tiene otro procesamiento judicial por la violación de una menor en su consultorio en 2008, hecho por el que podría sumar otros quince años de cárcel.
Los abogados defensores de Dahse compraron algo de tiempo al apelar la decisión de la jueza de Instrucción Josefina González Cabaña de dar por cerrado el caso y elevarlo a un Tribunal para que se realice el juicio oral que podría poner fin a la libertad del médico.
El relato de la víctima -hoy tiene 34 años y vive en España- dejó en evidencia cómo actuó el ahora condenado.
La investigación se inició en marzo del año pasado. La mujer decidió presentarse ante la Justicia luego de que trascendiera la primera denuncia contra el reconocido ginecólogo. Para ese entonces más de 20 mujeres habían relatado en las redes sociales haber sufrido algún tipo de abuso por parte de Dahse durante las consultas, pero la mayoría optó por no judicializar sus casos.
La chica relató que llegó al consultorio del ginecólogo porque era conocido de su madre. A la primera consulta fueron ambas y el médico le recomendó colocarse un DIU para regularizar sus ciclos menstruales. Y le dio un turno para la semana siguiente.
La joven acudió al centro médico junto a su novio y un amigo, que esperaron en la vereda. “Cuando entré al consultorio cerró con llave la puerta. Me preguntó con quien había ido y yo le dije sola porque no me pareció relevante decirle que mi novio estaba abajo”, declaró la víctima, según dio a conocer un informe del diario Clarín.
Antes de iniciar la colocación del dispositivo, Dahse le dijo “te va a doler un montón y si querés te puedo poner anestesia”.
“Yo pensé que era anestesia local, no me imagine lo que iba a pasar después… me dijo que no me iba a cobrar…ya tenía la jeringa preparada”, agregó.
La víctima dijo que se durmió inmediatamente y al recobrar parcialmente la conciencia advirtió que el médico «no tenía los pantalones puestos, sólo camisa y chaquetilla”.
En base al testimonio del novio y el amigo de la chica, se pudo establecer que el ingreso al consultorio fue a las 17. Como la joven no salía, su novio subió para ver qué había sucedido, ya que supuestamente era una práctica médica que duraría unos pocos minutos. Apenas llegó al primer piso de la clínica, se encontró con la adolescente totalmente dopada y casi sin posibilidades de mantenerse en pie.
Con todas las dificultades del caso la llevó hasta la casa, donde durmió hasta bien entrada la noche: habían pasado cinco horas. “Me desperté en mi casa, era de noche y no entendía; me dolía todo. Me dolían mis genitales y me contaron que mi novio subió a buscarme en el consultorio, que no había nadie en la sala de espera, que cuando salí estaba mareada, que me costaba caminar, que él me tuvo que ayudar bajar la escalera; y apenas me pudieron subir a la bici, que estaba drogada digamos”, relató ante la jueza.
La joven pudo situar con precisión la fecha del hecho porque fue unos días antes que iniciara su carrera universitaria. Y que en octubre de 2021 vio en las redes sociales de una amiga la entrevista a la abogada Sofía Domínguez dando precisiones sobre la denuncia que había realizado contra Dahse por el abuso de una paciente. “Entré en shock y observé que lo que me había pasado era cierto”, contó.
Al ser indagado, Dahse negó conocer a la joven o haberla atendido y enfatizó “total y rotundamente” haber hecho un “procedimiento bajo anestesia porque para eso se necesita un especialista en la materia y unos estudios complementarios”.
Al momento de analizar el caso, la jueza González Cabaña sostuvo que “Dahse, a los fines de anular la voluntad de su víctima, se valió de una anestesia y de esa manera logró abolir cualquier intento de resistencia por parte de su víctima”. Y que el médico “actuó guiado por su intención, conociendo perfectamente lo que estaba haciendo en razón de su situación especial de conocimiento médico y que la anestesia que él le aplico la dejaría inconsciente”. Destacó también que se aprovechó de “la confianza que ésta le depositó”.