Hasta las 14 ya había participado del sufragio el 45 por ciento del padrón. En tanto que, en las generales del pasado 22 de octubre para las 16, había votado el 59 por ciento del padrón, y a las 17, ya había participado el 66 por ciento de los empadronados.
Para las 15, ya habían emitido su voto Sergio Massa, Javier Milei, el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y varios mandatarios provinciales, así como el jefe de Gabinete y candidato a vicepresidente de Unión por la Patria (UxP), Agustín Rossi y la candidata a vicepresidenta de LLA, Victoria Villarruel.
Esta segunda vuelta electoral pondrá fin al proceso con el que los ciudadanos decidirán quiénes reemplazarán en el Gobierno a Alberto Fernández y a Cristina Fernández de Kirchner para el período 2023-2027, es decir la renovación de los cargos del Poder Ejecutivo: presidente y vicepresidente.
El camino hacia esta definición se inició en agosto último, con las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), y continuó el 22 de octubre, con las elecciones generales.
Con esas dos votaciones, el electorado fue perfilando el orden de sus preferencias político-partidarias hasta este último tramo, en el que sólo hay dos boletas en el cuarto oscuro: la de UxP, con la fórmula presidencial Massa-Agustín Rossi, y la de LLA, con el binomio Milei-Victoria Villarruel.
El tamiz electoral iniciado tres meses atrás dejó fuera de carrera a 19 fórmulas presidenciales que no superaron el piso del 1,5% de votos necesario para participar de las generales.
Los resultados de las PASO de agosto mostraron una paridad de tres tercios, más allá de que LLA logró la mayor cantidad de votos, seguido por Juntos por el Cambio (JxC) y, en un tercer lugar, UxP.
Algo más de dos meses después, en las generales de octubre, el oficialista UxP revirtió esos números y Massa se posicionó como el candidato presidencial más elegido con casi 37 puntos. Milei salió segundo, con algo menos del 30%, y la postulante presidencial de JxC, Patricia Bullrich, apenas bordeó el 24% y quedó fuera del balotaje.
Esos números confirmaron la realización del balotaje porque ninguno de los aspirantes más votados logró el puntaje legal necesario para consagrarse presidente en primera vuelta.
Pero además los resultados astillaron los acuerdos partidarios puertas adentro de JxC, con el apoyo unilateral de un sector del PRO -alineado con Bullrich y con el expresidente Mauricio Macri- al postulante partidario y el enojo del resto de los miembros de la coalición: la UCR y la Coalición Cívica (CC).
Los comicios de octubre mostraron también no sólo un viraje en las preferencias, sino un mayor caudal de votantes: hubo un 8% más de personas que acudió a las urnas en octubre (77,04%), en comparación con el 69% que lo hizo en las PASO de agosto.
Este domingo el electorado de los 24 distritos del país deberá optar sólo entre dos boletas: la de Massa o la de Milei, y quien obtenga la mayor cantidad de votos afirmativos será el nuevo presidente de la Argentina.
Pero esa decisión, además, dejará en evidencia cómo se redireccionaron los apoyos luego de que en octubre quedaran fuera de competencia los otros tres postulantes presidenciales: Bullrich, de JxC; Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT-U), y Juan Schiaretti, de Hacemos por Nuestro País (HpNP).