El Pontífice, de 86 años, amaneció con fiebre y sus médicos le recomendaron reposo; tiene previsto viajar el viernes a Dubái para la COP28.
Debido a “un leve estado gripal”, el papa Francisco suspendió este sábado todas sus audiencias, informó el Vaticano a través de un escueto comunicado. El Pontífice, que cumplirá el próximo 17 de diciembre 87 años y el viernes próximo tiene previsto viajar a Dubái, Emiratos Árabes Unidos, para participar a la COP28, la cumbre de Naciones Unidas para el cambio climático, “amaneció con una líneas de fiebre”, por lo que, por consejo de sus médicos, suspendió todas las audiencias de la jornada, pudo saber LA NACION de fuentes informadas.
Más allá de su problema en la rodilla derecha por la que comenzó a utilizar silla de ruedas en mayo de 2022, este año la salud de Jorge Bergoglio causó bastante preocupación porque debió ser internado dos veces en el hospital Gemelli de esta capital. La primera vez, a fines de marzo, por una pulmonía grave y la segunda, en junio, cuando fue sometido a una operación abdominal que duró tres horas, con anestesia, en la que le removieron todas las cicatrices internas que se habían formado, resabio de antiguas operaciones, que le habían alterado el funcionamiento del intestino y causado dolores y molestias; le pusieron una red protésica contenedora, algo común en varones mayores.
De esa intervención, la segunda después de otra de colon que tuvo en julio de 2021, el Papa se recuperó pronto. De hecho, pudo cumplir luego con sus compromisos: el viaje exigente para la Jornada Mundial de la Juventud en Portugal y otro a Mongolia, en agosto.
En los últimos días de agenda, siempre muy intensa y sobrecargada para una persona de su edad, además de altos prelados, presidentes, grupos de familiares de rehenes israelíes y de víctimas de palestinos de Gaza al Papa se lo vio relativamente bien. Este sábado tendría que haber recibido al presidente de Guinea Bissau y, como es de rutina, al cardenal estadounidense Robert Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, entre otros.
En una entrevista que le concedió al director de TG1, el principal noticiero de la RAI, el 1 de noviembre pasado, ante una pregunta al respecto, el Papa aseguró que estaba muy bien de salud. “Todavía estoy vivo, sabés”, bromeó, al principio, y luego aportó detalles. “Tengo el problema de la rodilla que está mejorando, ahora puedo caminar bien y después tuve dos operaciones en la panza: la primera por una diverticulitis en el colon transversal, me sacaron un pedazo; después pasa lo que pasa cuando te abren la panza pero en la última cirugía lo limpiaron. Yo vi las imágenes, sólo faltaba el jabón: limpiaban las adherencias. Y ahora estoy bárbaro, puedo comer de todo”, dijo.
Sergio Alfieri, el cirujano que lo operó las dos veces del intestino, especialista jefe del Gemelli, en una conferencia de prensa que concedió en junio pasado subrayó que Bergoglio no tiene ninguna otra enfermedad, como para acallar cualquier rumor de sectores adversarios que agitan el fantasma de un cónclave. “El papa Francisco no tiene ningún problema cardíaco actualmente, nunca tuvo problemas cardíacos en el pasado, nunca tuvo una isquemia o infarto, el corazón está bien”, aseguró. Asimismo, subrayó que tampoco tiene problemas respiratorios y no ocultó su admiración por el estado general de su paciente ilustre, sobre todo teniendo en cuenta su edad. “El Santo Padre tiene 86 años en su documento de identidad, pero es un hombre que tiene la cabeza de una persona de 60 años”.
De superar el estado gripal, mañana el Papa aparecerá para la tradicional oración mariana del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico, al mediodía local, 8 de la Argentina.