La presidenta de la Legislatura chaqueña es una de las candidatas a intendente de la Ciudad de Resistencia, y junto a su esposo y actual jefe comunal de la capital chaqueña lideran la Corriente de Expresión Renovada (CER). Por dicho espacio competirá este domingo, y es la carta más fuerte que se juega el partido en el año electoral con el objetivo de mantenerse en el poder en el distrito más importante de la provincia.
Elida Cuesta supo ubicarse muy bien en el armado político del Partido Justicialista y consiguió su banca en la Cámara de Diputados de la Provincia, pero no solo eso. También llegó a la presidencia del órgano legislativo y reemplazó a Hugo Sager. Mientras tanto, Gustavo Martínez allanaba desde el municipio el crecimiento del CER tras la victoria electoral que tuvo en 2019 y que significó la ruptura con el peronismo oficialista de ‘Coqui’ Capitanich en la provincia.
Para estas elecciones a nivel municipal en Resistencia el partido del matrimonio Martínez-Cuesta (que nuclea también a dirigentes de distintos espacios del PJ y hasta ¿ex? radicales) decidió llevar a ella como candidata principal acompañada por Guillermo Monzón como presidente del Concejo Deliberante.
Desde el inicio de la campaña -como era de esperar-, en todas las exposiciones públicas que hizo Elida Cuesta sobre sus propuestas, tanto en medios como con los vecinos, en ninguna ocasión se pronunció de forma crítica hacia la gestión de Gustavo. Ni siquiera para evidenciar que hubo fallas, errores e irregularidades que son públicamente conocidas.
Elida Cuesta no se pronunció sobre la pésima condición a nivel higiene, limpieza y salubridad que representan los numerosos basurales a lo largo y ancho de Resistencia. Tampoco sobre las quemas de basura que, al menos una vez por semana, muchos vecinos registran alrededor de sus hogares. Generalmente en las periferias, donde son más habituales y poco llegan los relevamientos o controles, pero también en el macro centro de la ciudad de las esculturas. Este problema le valió a Gustavo Martínez las más duras críticas no solo de la oposición, sino también de la mayoría de los vecinos.
Elida Cuesta tampoco se pronunció sobre las calles destrozadas que abundan en Resistencia, tanto en zona céntrica como en cada rincón de la comuna, mucho más en los barrios donde ni el ripio es suficiente. Y por si no alcanza con eso, los vecinos también son testigos de tareas que se ejecutan a medias o que tardan largos meses en ser concluidas (calle Mármol y Avenida San Martín, donde hubo un agujero en pleno asfalto durante aproximadamente 6 meses). Ni hablar de la histórica falencia de solucionar los problemas de inundaciones en casi toda la ciudad.
Elida Cuesta no mencionó durante sus entrevistas, discursos o apariciones públicas lo referido a plazos, irregularidades y sospechas que hay en materia de obra pública sobre la Municipalidad de Resistencia. La Plaza 25 de Mayo, el Parque 2 de Febrero y la Laguna Argüello son casos que enturbiaron la gestión de Gustavo Martínez. Entre los más acérrimos opositores sobre estos temas durante estos últimos 4 años podemos mencionar a Alejandro Aradas y a Fabricio Bolatti, ambos candidatos hoy a la presidencia del Concejo por Juntos por el Cambio y por el Frente Chaqueño respectivamente.
Elida Cuesta mucho menos se refirió a los conflictos que protagonizó el espacio de su marido con los trabajadores municipales, activos y jubilados, quienes realizaron en el último tiempo continuos reclamos por sus condiciones de trabajo y salarios.
En definitiva, cuando Elida Cuesta habla de emprendedurismo, entretenimiento, esparcimiento, ocio y desarrollo humano en materia social, cultural y espiritual, propone a los vecinos el cambalache del CER por el CER: cuatro años más de ‘Gustavismo’, ahora representado por su esposa.