La locura es total. Los hinchas de Boca están más obsesionados que nunca con levantar la séptima Copa Libertadores de su historia. Y actúan en consecuencia con eso. No les importa tener que viajar unas 50 horas en micro, sino todo lo contrario: es un disfrute.
Entre la noche del miércoles y la madrugada de este jueves salió desde la Bombonera un contingente con 85 micros de larga distancia. En total, viajaron cerca de 6 mil fanáticos del «Xeneize» con el objetivo de estar presentes en el Maracaná en la finalísima en Río de Janeiro este sábado a las 17.
El periplo de más de 2.600 kilómetros que harán los casi 6 mil hinchas que viajan en micro para llegar al Maracaná (todos con entrada para la final) será de entre 44 y 50 horas. Lo que difiera el tiempo de viaje será la demora en el paso fronterizo con Brasil.
Uno de los choferes, Alejandro Fernández, le contó a Télam que «al ser un viaje largo, estamos obligados a hacer varias paradas y cambiar de conductor varias veces. Dependiendo el tiempo que tardemos en la frontera podemos llegar el viernes a la noche o el sábado a la mañana».
Frank Valdivia, un simpatizante de 41 años que sigue a Boca a todos lados siempre que puede, le narró a esta agencia que viaja «con toda la fe». Y una muestra de ello es que «el 10 de febrero de este año armé un grupo de WhatsApp con mis amigos y le puse de nombre ‘Río de Janeiro 4-11’. Y se dio. Lo supe desde un primer momento cuando se anunció dónde se jugaba la final. Esperemos volver con la Copa», expresó el hincha, quien además resaltó la ansiedad que está transitando en los días previos: «Me cuesta dormir pensando en el partido».
Miguel Maure, de 28 años, es otro de los «xeneizes» que viaja con optimismo. «Tengo mucha fe en que se va a dar, que este sea el año», y afirmó que si bien viajó en otras ocasiones a Brasil, también a Chile y demás lares, este viaje y este partido será «el más importante en el que voy a estar presente».
Y ahí van los hinchas por un sueño. Con la esperanza de que este 4 de noviembre se rompa la racha de 16 años sin ganar el máximo certamen continental.