El vicepresidente de Boca, Juan Román Riquelme admitió este lunes que «todo el mundo en el club está dolido por la final perdida», pero destacó que estos «cuatro años de gestión fueron una maravilla», en referencia a lo actuado durante la administración encabezada por Jorge Ameal, después de la caída ante Fluminense que tronchó el sueño de la séptima Libertadores y antes de las elecciones del 2 de diciembre.
«Estamos dolidos, por supuesto. Pero debemos felicitar a Fluminense, que se quedó con la Copa, y estamos muy agradecidos con los jugadores y el cuerpo técnico, que decidió alejarse por decisión propia y le deseamos lo mejor en su camino», inició su sorpresiva conferencia de prensa Riquelme en relación con Jorge Almirón.
«Si nosotros somos el club más grande de Sudamérica es por culpa de nuestros hinchas. Nosotros llevamos cuatro años en el club y en cada partido de local la Bombonera volvió a ser una fiesta. Que tenemos que mejorar, claro que sí, pero llevamos cuatro años que fueron una maravilla», expresó el vicetitular «xeneize».
E inmediatamente lanzó una arenga generalizada y totalmente abarcativa, que incluyó a jugadores, hinchas y el cuerpo técnico interino encabezado por Mariano Herrón.
«Ahora hay que pensar en lo que viene y podamos ganar en cancha de San Lorenzo el miércoles. Ellos tienen una gran hinchada y será un partido muy difícil ante un equipo que tiene un gran entrenador (por Rubén Insúa). Pensé que Almirón iba a estar en ese partido y nos seguiría acompañando hasta el final de su contrato el 31 de diciembre», remarcó.
«Yo tuve la suerte de jugar acá en Boca durante 20 años y ahora las cosas se saben apenas un minuto después que pasan, algo que antes no sucedía, así que no hay nada que pueda ocultarse. De acá a fin de año el equipo será dirigido por Mariano Herrón junto a Walter Pico y Claudio Morel Rodríguez», ratificó.
Después la conferencia derivó hacia lo acontecido en la final del Maracaná de Río de Janeiro y sobre ello reconoció que se «arriesgó poco, porque los dos equipos tuvieron mucho cuidado. Y ellos fueron un poquito mejores que nosotros y por eso debo felicitarlos».
«Después, en cuanto a Frank Fabra (expulsado por darle un cachetazo a Nino que derivó en su expulsión al final del primer tiempo suplementario, cuando Boca estaba con un hombre más), en el fútbol siempre hay errores y si uno piensa en eso siempre, a los tres meses no quedaría ningún jugador en ningún club, porque habría que echarlos a todos».
«Fabra hoy (por este lunes) entró llorando al entrenamiento en Ezeiza desde que se bajó de su auto, porque quiere mucho al club. Fue la figura contra Racing y Palmeiras, es un fuera de serie que se equivoca como todos. Pero hizo uno de los mejores goles de los últimos años contra Rosario Central en cancha de Vélez y también fue vital en partidos importantes contra Lanús y Gimnasia si también voy para atrás en el tiempo», argumentó.
Luego tuvo una particular apreciación sobre el «sentimiento de los hinchas. Porque sé que están dolidos pero yo sé que están contentos también por todo lo que han recibido.. Esta final va a darnos vuelta en la cabeza todo el tiempo durante mucho tiempo, pero hay que pensar que en cuatro años debutaron 30 chicos en primera y se está haciendo un gran trabajo en las inferiores».
«Al plantel hoy lo noté dolido, porque hoy (por este lunes) estuvieron hablando todo el tiempo de esa final perdida. Pero este es el deporte más lindo del mundo y tanto cuando se pierde como cuando se gana, siempre hay que mejorar», apreció.
«Después de la final hablé con todos, porque con los jugadores lo hago siempre, y la ilusión era muy grande, al punto que mi mamá, María viajó a Brasil para ver la final, cuando en la época en que yo jugaba nunca lo hizo», confió.
Y finalmente se refirió a esa simbiosis existente entre los «chicos y los grandes del plantel».
«Si a los chicos de nuestro club los hinchas les tienen tanto cariño es por culpa de los grandes, porque son los que los respaldan. Por ejemplo Cristian Medina debutó en primera, tardó un tiempo más en afirmarse, pero siguió y ahí está. Antes eso no pasaba, porque si un chico no rendía en uno o dos partidos, volvía a bajar a su división. En cambio ahora eso no pasa», aseguró.
«Y entre los referentes, por ejemplo Marcos Rojo estuvo tres días sin dormir por haberse perdido la final por estar suspendido. Eso es compromiso con esta camiseta, y por eso nosotros estamos contentos con los más grandes también», concluyó.