Cadáver político: Gustavo Martínez deja a Resistencia inmersa en la basura

DESTACADOS

Las reiteradas artimañas para poder mantenerse con algo de poder, como la reciente acción que tuvieron diputados del CER en la Legislatura, se exponen como manotazos desesperados de Gustavo Martínez para seguir viviendo de la política como lo hizo toda su vida. Pero a la gente estos actos netamente políticos no le interesa, y el intendente de Resistencia termina su gestión con la peor imagen que alguna vez tuvo un jefe comunal.

Y la basura, ese problema al que nunca atacó en cuatro años de gestión, es quien le termina dando la puñalada final.

Es que hoy, Resistencia es un basural a cielo abierto. Tras la humillante derrota que sufrió su esposa a manos de Roy Nikisch, el pasado 5 de noviembre, el jefe comunal desapareció. No estaba. Ya nada le importó.

Dejó las calles en ruinas, al punto que los baches en pleno centro de Resistencia fueron rellenados con escombros, una ciudad oscura y fundamentalmente, sucia.

Hace semanas los recolectores de basura comenzaron a mermar su tarea. El intendente fue advertido de esto y, según contaron a TN24, el intendente habría dicho que ya la cosa era problema del próximo jefe comunal. Esto es algo que no puede confirmarse, pero sí es algo que se palpa. A Martínez nunca, en los cuatro años de gobierno, le importó el vecino.

Desapareció en la pandemia, intentó en varias ocasiones aplicar impuestazos, responsabilizó a los vecinos que residen en calles de tierra por «circular los días de lluvia y romper las calles» y aseguró que no había dinero para enripiar estas arterias. Claro está, el ripio había sido reservado para «mejorar» las calles de asfalto. Una locura.

Y como se relata anteriormente, la basura fue siempre un problema y termina siéndolo.

Los cuatro años de Martínez pueden retratarse como una basura. Literal.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.