La mala gestión de Alberto Fernández no sólo hizo que el peronismo pierda el país, sino que también Chaco sintió el simbronazo y por primera vez en 16 años, el peronismo no es gobierno.
Pero no sólo Alberto se llevó puesto a Capitanich, sino también a municipios importantes de la provincia que hoy son manejados por intendentes radicales.
En ese contexto, la tarea de Leandro Zdero, el flamante gobernador, no será tampoco sencilla. Porque debe gobernar con menos recursos que su antecesor, y deberá negociar casi semanalmente con Milei para sostener los gastos de la provincia. A eso debe sumarse que el presidente anunció el fin de la obra pública. Esto va a complicar sin dudas a Zdero e intendentes como Nikisch (de Resistencia), porque tras el paso del peronismo la provincia quedó con muchas obras inconclusas, y Resistencia tuvo dos males: Gustavo Martínez y la derrota de Capitanich, que empezó con la ejecución de muchas obras en la capital chaqueña, y tras perder, las mismas se frenaron dejando muchos barrios sumidos en un caos sin precedente.
El panorama en la provincia es de fe en la nueva gestión. Escuchar a los chaqueños en su mayoria es darse cuenta que están de acuerdo con el cambio. Pero, la sociedad ya dio muestras que puede ser juez de las gestiones y Zdero sabe que tiene una gran oportunidad. No desaprovecharla es su principal objetivo.
