El último domingo de enero se conmemora a nivel internacional la jornada de Lucha Contra la Lepra, una enfermedad que décadas atrás obligó a miles de personas a la reclusión y el encierro. Hoy, la misma tiene cura y es de suma importancia prestar atención a las manchas en la piel.
«Los primeros síntomas de lepra son manchas en la piel que a veces pierden sensibilidad, también pueden advertirse hormigueos en manos y pies», explicó en diálogo con Télam Baltazar Paniagua, médico del hospital Centro Dermatológico Manuel María Giménez, en Resistencia, Chaco.
Asimismo, el especialista remarcó que de no detectarse a tiempo la enfermedad puede «evolucionar a formas graves, a veces hasta discapacidades, ceguera, amputación de algún miembro», por eso, destacó la importancia del diagnóstico temprano.
«Lamentablemente, a veces por el desconocimiento de la comunidad y la falsa creencia de que la lepra ha sido erradicada no se tienen en cuenta, a veces son los mismos médicos los que la descartan. Por eso es fundamental hacer campañas de concientización y de capacitación incluso también al personal de salud», afirmó Paniagua, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).
Se trasmite «por contacto muy estrecho y prolongado, como compartir saliva, contacto íntimo; es decir generalmente son convivientes o parejas, por eso al hacer un diagnóstico es necesario hacer estudios al círculo cercano de la familia», detalló el especialista sobre esta enfermedad que en 2022 registró 174.000 nuevos casos en el mundo, según un informe de la fundación Fontilles.
Dado que el periodo de desarrollo de síntomas es de varios años, «es muy difícil detectar de dónde es que esa persona se contagió porque o cambió de pareja, o de trabajo, o no vive con las mismas personas», agregó el Coordinador del Programa de Lepra de la provincia del Chaco.
La bacteria que causa la lepra necesita más de 27 grados para sobrevivir y de allí que el noreste argentino sea la zona más afectada. También se registran casos de personas que viajan hacia otras provincias donde producen los contagios, algo que los médico de Misiones, Formosa, Chaco y Corrientes «tienen muy presente y tenemos hospitales de cabecera donde se realizan los estudios específicos para certificar el diagnóstico».
Por su parte, Marcelo Abril, director de la fundación Mundo Sano, aseguró que «entre 300 y 400 personas por año están bajo tratamiento por lepra en la Argentina y se detectan más de 100 casos nuevos anualmente, por ello la categoría de ´país con alta carga de la enfermedad´».
Cuando se piensa en lepra, muchos piensan en una enfermedad que ya no existe, «del pasado, se tiene toda una visión entre medieval y bíblica; pero sí que existe y es fundamental tenerla en cuenta para poder dar un diagnóstico temprano que permita la cura del paciente», aseguró el licenciado en biología.
«Argentina desde 1996 eliminó a la lepra como problema de salud pública porque tiene una tasa de prevalencia inferior a un caso por cada 10.000 habitantes», aseguró Abril y remarcó que «era una meta que para el 2020 no hubiera más trasmisiones».
Ahora -detalló el especialista- esa meta forma parte de la agenda 2030, que «busca la interrupción de la trasmisión de este tipo de enfermedades desatendidas».
La lepra es una enfermedad infecciosa, «pero de muy baja contagiosidad, es decir, nadie se va a contagiar por un contacto esporádico o puntual con una persona infectada, siempre la transmisión se da por un contacto muy estrecho: parejas, personas convivientes, excepcionalmente personas que trabajan juntas en un ambiente más o menos hacinado, durante muchos años».
El especialista precisó que, cuando se diagnostica un caso se le da un tratamiento al paciente que es «una combinación de tres antibióticos por un periodo de más o menos seis meses» y que, a su vez «se buscan esos contactos estrechos para hacer un tratamiento de prevención».
«Cuando va avanzando esa falta de sensibilidad que empieza en la piel lastimada, puede generar lesiones en los pies y luego se comprometen los miembros o pueden producirse lesiones que afecten los nervios que tienen que ver con el movimiento de parpadeo de los ojos y se pierde la capacidad de parpadear, se secan las córneas y se produce una ceguera», agregó.
En el marco del Día Mundial de lucha contra la Lepra, Abril remarca la «importancia de dar a conocer que la lepra todavía está entre nosotros, existe, también hay tratamiento y se cura», además de hacer hincapié «en la lucha contra el estigma social que conlleva esta enfermedad».
«La Fundación Mundo Sano el año firmó un convenio con el Ministerio de Salud de la Nación para colaborar con el programa nacional de lepra, por lo que estamos haciendo actividades de cooperación y, desde nuestra área médica, se están desarrollando tareas en la provincia de Misiones para hacer la búsqueda de contactos y la búsqueda de casos no diagnosticados», concluyó Abril.