Este sábado, el presidente de Argentina, Javier Milei, arribó a la Base Antártica Conjunta Marambio en el continente blanco, marcando el inicio de una intensa agenda que subraya su compromiso con la preservación ambiental en la región. El mandatario llegó a bordo de un Learjet 60SE, apodado cariñosamente «Tanguito 11», acompañado por una comitiva que incluía a su esposa Karina Milei, la canciller Diana Mondino, el ministro de Interior Guillermo Francos, Petri, y el Director General de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi.
El vuelo partió desde el sector militar del aeroparque metropolitano de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Newbery, hacia Santa Cruz. Un Boeing 737-76N de la Fuerza Aérea Argentina también transportó a otros miembros de la comitiva.
Después de pasar la noche en un hotel de la ciudad, la comitiva despegó hacia la Base Marambio en un vuelo de aproximadamente tres horas y media. Los desplazamientos en la Antártida siempre están condicionados por las condiciones meteorológicas extremas del lugar.
En la Base Marambio, el Presidente fue recibido por las autoridades y recorrió las instalaciones antes de embarcarse en un helicóptero para dirigirse a la Base Esperanza del Ejército Argentino, un enclave único donde la dotación vive con sus familias, incluyendo niños que asisten a la escuela local.
Después de explorar la base y participar en diversas actividades, Milei regresó a Marambio para encabezar un acto que dio inicio formal a un programa para el control de la contaminación, impulsado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), bajo la dirección del argentino Rafael Grossi. Grossi se unió a la ceremonia, consolidando así el compromiso argentino con la protección ambiental en la región antártica.
