«Optamos por no comprar y manejarnos con el stock que tenemos», señala un referente del sector, que también advierte sobre la caída del consumo.
Especialistas coinciden que tanto este mes como lo que resta para el primer cuatrimestre del año tendrá una inflación que tendrá como piso 20 por ciento. Las razones van desde el «sinceramiento» que se promueve desde la Casa Rosada a partir de correrse de la regulación de los valores y otras razones tienen que ver acompañar las variaciones de costos fijos que se trasladan al consumidor final. A saber, aumento de combustibles y lo que se espera de servicios públicos.
«Hemos recibidos nuevas listas de precios con incrementos de entre el 15 y el 25 por ciento», señaló Sergio Saidman, propietario de un reconocido mayorista capitalino.
La respuesta a lo que considera un despropósito por parte de proveedores es suspender las compras, lo que pueden hacerlo también porque en su caso cuenta con stock para atender una demanda que está en baja.
«Nos quitan las bonificaciones que en la práctica representa un aumento, principalmente de lo que son las primeras marcas, en contraposición crecen como opciones las segundas líneas que en la mayoría de los casos representa la misma calidad», agrega el empresario.
Saidman indicó que el contexto se completa con una merma en las ventas, que estima en un 20 por ciento en unidades que hacen que el comercio pueda esperar un tiempo hasta lograr la reconsideración del proveedor o bien inclinarse por otras marcas.
MARCHA ATRÁS
El comerciante agregó que esa puja que existe con proveedores, quienes venden al público pueden anotarse algunas victorias en razón de que cuando la respuesta es frenar o suspender una compra, aparecen bonificaciones que se habían quitado y eso implica rebajas.
«Tendrán que ajustarse y sobrellevar la situación como lo hacemos todos, en la medida que esto siga así la gente no compra y nosotros no reponemos la mercadería», dijo. Para finalizar, expresó que más temprano que tarde se llegará a ese equilibrio de fuerzas en la relación entre el poder adquisitivo generalizado y los precios finales luego de que el producto recorra toda la cadena de comercialización.
Fuente: diario Norte.