Desde este miércoles, los habitantes del área metropolitana de Gran Resistencia enfrentarán un incremento del 20% en las tarifas del transporte público, lo que elevará el costo del pasaje plano a $710. Este ajuste, que sigue al incremento de marzo, sitúa a la región entre las de mayor costo de transporte en el país.
El alza tarifaria es una respuesta a la decisión del gobierno nacional de eliminar los subsidios al transporte en varias provincias, sumado al aumento de los costos fijos que enfrentan las empresas del sector. Esto ha generado preocupación entre los usuarios, muchos de ellos pertenecientes a sectores de ingresos bajos o medios, quienes ya están siendo golpeados por una economía en crisis.
Con la nueva tarifa, un trabajador público que utilice el transporte para ir y volver del trabajo durante 22 días al mes deberá gastar $31.240 mensuales. Para los trabajadores del sector comercial, que incluye actividad los sábados, el gasto mensual ascenderá a $36.920.
La situación ha generado tensiones entre concesionarios y la administración pública. Los concesionarios han estado presionando por un ajuste en las tarifas para poder cubrir los crecientes costos operativos y evitar una crisis financiera profunda. Este ajuste tarifario acelerado, sin embargo, ha llevado a una reducción proyectada de la demanda de un 40% en abril, según estimaciones locales.
La situación también afecta a las negociaciones salariales entre choferes y empresarios del transporte, con los primeros exigiendo salarios equiparables a los de Buenos Aires, mientras que los concesionarios advierten sobre la posibilidad de solicitar concursos preventivos de crisis que podrían resultar en suspensiones y despidos.
En este contexto, se espera que el impacto de los recortes en los subsidios y el incremento en los costos del transporte continúe siendo un tema crítico en las discusiones políticas y económicas de la región en los meses venideros.
