Billy Lee, el escultor estadounidense que realiza la obra “Obelisco” para la competencia internacional de la Bienal de Escultura 2024, es un personaje risueño que toma el charlar con el público como parte de su trabajo de taller a cielo abierto.
“Me gusta mucho la idea, me parece muy buena porque pienso que el arte tiene que ser parte de la comunidad, y muchas veces las personas ven tu trabajo y no están seguros de lo que querés transmitir”, esclarece y remarca que es muy importante responder preguntas para ayudar a entender un poco más su trabajo.
“En el estudio de mi casa yo puedo hacer lo que quiera, pero cuando trabajas en público, como ahora, pienso que tengo una obligación con el público, por eso lo llamamos arte público, es para el público”, enfatiza.
Con una gran sonrisa, muestra sus tapones de oídos ante la consulta sobre el trabajo en el espacio compartido: “Está bien, me puedo concentrar tranquilamente en mi trabajo y lo tengo que hacer, no me molestan. Pienso que es una linda manera para intercambiar ideas, podes ver cómo progresan y sus conocimientos entonces también es como una comunidad, una buena comunidad”, remarca.
Lee cuenta que la obra la pensó específicamente para esta exhibición, aunque “la escultura para mí es un trabajo de pensamiento continuo”. “El arte es una forma de vida y nunca estas pesando ‘oh no, no sé qué hacer ahora’, no, es tu pan de cada día. La escultura es un estado continuo en el arte de tu día a día”, manifiesta.
Dice que esta obra no precisamente tenga que ser algo “tan personal que nadie entienda, entonces pensé en un obelisco. Muchos países tienen un obelisco, todos saben qué es un obelisco”. Además, señala que para él “el tamaño no es lo más importante en una escultura, más grande no es mejor, a veces pueden ser pequeñas pero muy poderosas, entonces por un lado la idea de un obelisco suena muy monumental como un edificio, pero también lo podes ver como una persona, puede transformarse a tu altura. Así que podés verla de dos maneras: si das un paso atrás ves una gran estructura, pero si tenés la cercanía correcta a la escultura es como saludar a una persona”, explica.
“La gente de acá es muy calida”
El escultor norteamericano visita por primera vez Argentina. “La gente de acá es muy cálida, todo el mundo fue muy amable conmigo desde el aeropuerto, el taxista, donde vaya todos son amables todos me ven y me dicen: ‘bienvenido a Argentina que la pases lindo’. Me hace muy feliz ver tanta gente sonreír”, exclama.