Fuertes críticas a la gestión deportiva por falta de planificación
Pese a su fuerte apoyo inicial a la gestión de Javier Milei, el exremero olímpico Ariel Suárez advirtió que “no hay un norte para el deporte” en Argentina. En línea con la posición del Gobierno, reconoció que “no hay plata”, pero remarcó: “La persona que está a cargo debería armar una estrategia de cómo apoyar al deporte sin tantos recursos. No es la necesidad de dinero, es la necesidad de planificación. Hace falta imaginación y mucho trabajo”, sostuvo, y apuntó que no ve que se haya hecho ningún progreso desde la llegada de la administración libertaria.
En el mismo sentido, se pronunció Inés Arrondo, exsecretaria de Deportes durante los cuatro años de gestión de Alberto Fernández. “Hoy por hoy la situación es sumamente crítica. No ha habido ningún tipo de incremento presupuestario de parte del Gobierno, ningún tipo de garantía y además, se paralizaron los programas que venían funcionando”, explicó a este medio.
Las becas deportivas, en crisis
En medio de los vaivenes políticos, los deportistas continuaron con su preparación, y en la gran mayoría de los casos buscaron la clasificación a los Juegos Olímpicos de París. Según aseguraron desde la cartera de Deportes a Ámbito, los apoyos estatales se mantuvieron en monto y cantidad aunque también reconocieron demoras en los pagos por inconvenientes administrativos.
Sin embargo, los recortes empezaron a tomar notoriedad cuando la judoca Paula Pareto, una de las olimpistas más destacadas del deporte argentino, junto a su entrenadora, Laura Martinel, anunciaron que habían renunciado a sus becas para cederle el lugar a otros atletas, ya que señaló que los apoyos habían pasado de 18 plazas a 4 dentro de su federación.
Para los deportistas que no clasificaron a París, la situación fue aún más adversa. Lola Sánchez, integrante de la Selección de tiro, aseguró a este medio que las becas entregadas por la Subsecretaría de Deportes no actualizaron su valor y tuvieron retrasos en el pago de hasta tres meses. Además, sostuvo que hubo un fuerte recorte en las posibilidades de viajar a campeonatos internacionales, incluso para los que podían ser clasificatorios para los Juegos Olímpicos.
Las becas otorgadas por el Enard oscilan entre los $659.567 (para los medallistas de Tokio 2020) y $263.827 (para medallistas en campeonatos sudamericanos de 2023-2024 o proyección para los Juegos Panamericanos 2027), y en algunos casos están complementadas con becas de la Subsecretaría de Deportes. En el mes de julio, se entregaron un total de 1.223, entre deportistas y entrenadores.
Suárez apuntó que las “becas hoy por hoy son pésimas”, aunque destacó que son “un aporte fundamental”. “Son muy importantes porque es de donde uno se sostiene, definen cómo uno vive”.
En ese sentido, instó a que el ente vuelva a ser autárquico, como lo fue desde su origen en 2009 hasta 2017, cuando por ley dejó de financiarse a través del 1% del impuesto a las empresas de telefonía móvil y pasó a depender del presupuesto nacional. “Cuando -Mauricio- Macri cambió el sistema, la verdad que no fue bueno porque la cantidad de recursos que tuvo el deporte fue menor y hoy se está viendo eso”, dijo.
El Enard funcionó durante casi todo 2024 con el mismo presupuesto que el año pasado ($10.600 millones) y recibió un incremento del 50% en la recta final de cara a los Juegos Olímpicos, para alcanzar los $16.000 millones.
Qué viene a futuro para el deporte argentino
Aunque el foco ahora está puesto en París, uno de los grandes interrogantes que se abre es qué viene a futuro para el deporte argentino.
“Después de París no hay ningún tipo de plan. Se nota que no hay ningún tipo de voluntad política de transformar ninguna realidad, por el contrario, lo único que están haciendo es complicarla cada vez más”, apuntó, muy crítica, Arrondo, quien además de haber pasado por la función pública formó parte de Las Leonas entre 1997 y 2004.
Advirtió que las consecuencias podrán verse “en el largo plazo”, sobre todo si no hay un fortalecimiento de los clubes de barrio, el “sustento” del sistema deportivo argentino. Señaló, además, que la presencia estatal es fundamental para que puedan seguir funcionando y creciendo.
Por su parte, Ariel Suárez compartió la misma necesidad y remarcó: “El alto rendimiento es la punta del iceberg. Donde hace falta mucho trabajo es en las bases, que son los clubes de barrio, que permiten sacar a un chico de la calle gracias al deporte. Necesitamos invertir ahí. Quien invierte en deporte invierte en salud, educación y en muchas otras áreas”.
Si bien reconoció que la situación actual es crítica, también señaló que “el deporte viene mal hace rato, el problema no es de ahora con la aparición de Milei”. En este sentido, destacó que “nunca ha habido un proyecto que sirva realmente para el desarrollo”.
Además, consideró que, ante una situación de recursos escasos, es importante incentivar el trabajo conjunto entre el sector privado y el sector público para hacer crecer la actividad. “No hay que pensar si el Estado sí o el Estado no. Hay una parte de la sociedad que necesita al Estado, y ahí tiene que estar, en las bases. Para la élite más arriba tiene que haber un trabajo conjunto entre Estado y privado”.
“Yo salí de una villa. A mí me ayudó un privado, un club de barrio. El Estado no fue quien me incorporó al deporte, luego sí me sostuvo a lo largo de mi carrera”, recordó. Sin embargo, lamentó que casos como el suyo son cada vez más excepcionales en Argentina: “Si no fuese por las familias que nos bancan es difícil poder seguir con la actividad”.
“Cada vez va a ser más fácil que los chicos se desmotiven porque no ven un norte como país o como proyecto en deporte”, cerró.
Lo cierto es que, aunque desde Deportes aseguran que mantendrán el acompañamiento a los deportistas, sin un nuevo subsecretario nombrado oficialmente y sin proyectos efectivos a largo plazo, crece la incertidumbre en el sector.