La tendencia declinante no hace más que sumar palos en la rueda al frente más sensible para los planes del Gobierno. Desalienta aún más a los productores a desprenderse de sus granos o fijar precio, al tiempo que por cada tonelada exportada ingresarán menos dólares.
Si bien la merma del ritmo de liquidación fue menos considerable en el agro que en el resto de los sectores exportadores durante un junio que arrojó el primer déficit del balance cambiario desde octubre de 2023, lo cierto es que aún queda mucha soja por venderse. La comercialización granaria en las últimas semanas estuvo más bien sostenida por la cosecha de maíz tardío, explican fuentes del sector.
En tanto, en los silobosas aún quedan unas 24 millones de toneladas de soja y hay más de 7 millones de toneladas de la oleaginosa ya entregadas pero con precio pendiente de fijación. Esto implica que el campo todavía guarda alrededor de u$s13.000 millones.
Fuente: Ámbito