Sellada la victoria de los dirigidos por Néstor Lorenzo, el ambiente turbulento y picante del partido fue aún más allá y terminó en una gran batalla campal.
Luego del 1 a 0 de Colombia por sobre Uruguay, comenzó una discusión caliente entre los jugadores charrúas y sus rivales, que finalizó a trompadas con hinchas colombianos. Entre los responsables se destaca el uruguayo Luis Suárez, ex Barcelona FC y Liverpool, entre otros, y actual compañero de Messi en Inter Miami.
Aún no se conoce con certeza el motivo por el cual todo se terminó de esa manera, pero lo que sucedió luego fue aún peor, pues existen muy pocos antecedentes en el deporte de que los jugadores se entrelacen con hinchas del mismo o distinto equipo.
Al llegar ya ese momento, uno de los mas exaltados sin dudas fue el actual delantero del Liverpool, Darwin Nuñez, a quien nadie podía controlar. Mano a mano con hinchas colombianos y en un lugar donde casi no había hombres de seguridad. Sin dudas, esto podría valerle importantes sanciones al seleccionado charrúa, y en especial a Nuñez y a Ronald Araújo, otro de los implicados.
¿Que desencadenó la situación?
En zona de vestuarios, el capitán uruguayo José María Giménez, habló con los perioditas acreditados comentando lo que, según el plantel, había ocurrido instantes previos a la revuelta.
A palabras de Josema, los familires del plantel se encontraban en el lugar donde comenzó todo, y los hinchas colombianos se avalancharon contra ellos, corriendo estos un gran peligro. «Tuvimos que sacar a los seres queridos, con bebés recién nacidos, no había policías. Ojalá que tengan un poco más de cuidado con la familia, la gente y los alredores de los estadios». Y además apuntó: «No saben tomar, se comportan como niños y no son decentes, es un desastre».
¿Antecedentes similares? Sí. Argentina vs. Brasil por eliminatorias sudamericanas
Conocido es que, viajar a Brasil para alentar a la selección suele connotar ciertos riesgos, y aquella vez no fue la excepción. En el momento de los himnos comenzó un gran enfrentamiento entre hinchadas. Pero luego las cosas se pusieron aún más graves por la brutal represión de los policías brasileños a los argentinos presentes, y no así con los locales. Tal fue la brutalidad que los jugadores argentinos dejaron la situación deportiva de lado, e intentaban separar las fuerzas armadas del vecino país para detener la violencia y continuar con el partido.