En medio de una emergencia energética, el Gobierno nacional está ultimando los detalles de un plan para evitar cortes masivos de electricidad durante el próximo verano. Este esquema, que será presentado en los próximos días, tiene como objetivo mitigar el impacto de los picos de consumo y la escasez de oferta energética que se esperan en los meses de mayor calor. Las medidas contemplan acciones en generación, transporte, distribución y grandes consumidores.
El «Programa de Emergencia Verano 2024-2025» incluye un incentivo para que grandes usuarios, especialmente industrias y comercios con consumos superiores a los 300 kW, reduzcan su demanda de manera voluntaria a cambio de una compensación económica. Estas compensaciones serán gestionadas por Cammesa, la compañía encargada del mercado eléctrico mayorista. Sin embargo, los detalles específicos de esta medida aún no han sido comunicados a las entidades empresariales.
Según el secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González, el plan se enfoca en incentivar la generación de energía durante los meses críticos, trabajando de manera coordinada con las distribuidoras y empresas de transmisión. Además, se implementarán incentivos para que grandes usuarios ajusten su consumo.
El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, aclaró en una entrevista que no se prevén cortes programados para usuarios residenciales, descartando medidas similares a las aplicadas en décadas anteriores. En cambio, el enfoque está en la reducción voluntaria del consumo por parte de grandes empresas, quienes podrán recibir una remuneración a cambio de limitar su demanda de energía en los meses críticos de diciembre a febrero.
El Gobierno también ha reconocido la necesidad de importar energía de Brasil y Paraguay para cubrir los picos de demanda durante el verano. Se prevé que Argentina importe 2.300 megavatios desde Brasil y mantenga negociaciones con Paraguay para asegurar un suministro adicional desde la central hidroeléctrica de Yacyretá.
Este plan es una estrategia clave para evitar un «blackout» generalizado en un contexto de alta demanda y limitada oferta de energía.