A pocos metros del Presidente, en la zona diplomática asignada a la Argentina, se ubicaron Karina Milei -secretaria General-, la canciller Diana Mondino y el ministro de Economía, Luis Caputo. Y una fila hacia atrás estaban Gerardo Werthein -embajador argentino en Estados Unidos-, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el representante ante la ONU, Ricardo Lagorio.
Antes de iniciar su crítica puntual a la involución de la ONU, Milei reconoció su pasado histórico basado en la difícil convivencia multilateral en un mundo que atravesó la Guerra Fría, la implosión de la Unión Soviética y el surgimiento del nacionalismo europeo.
“La Organización de Naciones Unidas nace del horror de la guerra más cruenta de la historia global, con el objetivo principal de que nunca volviera a ocurrir”, señaló al comienzo de su discurso. Y continuación cuestionó su ambivalente actualidad geopolítica: “En algún momento, esta organización dejó de velar por los principios esbozados en su declaración fundante y comenzó a mutar”.
“La organización grabó en piedra sus principios fundamentales en la declaración universal de derechos humanos. Ahí se consignó un acuerdo básico en torno a una máxima: que todos los seres humanos nacen ‘libres, e iguales en dignidad y derechos’. Bajo la tutela de esta organización, y la adopción de estas ideas, durante los últimos 70 años la humanidad vivió el período de paz global más largo de la historia, que coincidió también con el período de mayor crecimiento económico de la historia. Se creó un Foro Internacional donde las naciones pudieran dirimir sus conflictos a través de la cooperación, en vez de recurrir instantáneamente a las armas y se logró algo impensado: sentar, de manera permanente, a las 5 potencias más grandes del mundo en una misma mesa, cada una con el mismo poder de veto, a pesar de tener intereses totalmente contrapuestos”, expresó y remató: “Todo esto no hizo que el flagelo de la guerra desapareciera pero se logró, por ahora, que ningún conflicto escalara a proporciones mundiales”.
Tras esta descripción del rol de la ONU durante las últimas décadas del siglo XX, el presidente planteó su cuestionamiento ideológico a una foro multilateral que está buscando una nueva identidad global. De hecho, el denominado Pacto del Futuro -que Milei critica- se propone reformar su arquitectura institucional.
El presidente argentino afirmó que la ONU se transformó en un “leviatán de múltiples tentáculos que pretende decidir no solo qué debe hacer cada Estado-nación, sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo”. Esta transformación, acorde al pensamiento de Milei, habría llevado a la ONU a imponer una agenda ideológica en múltiples aspectos de la vida social y económica de los países miembros.
En este contexto, Milei fue explicito: las Naciones Unidas busca “imponer un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales”.
Cuando concluyó su cuestionamiento a la actual coyuntura de la ONU, el jefe de Estado avanzó sobre la Agenda 2030 y el Pacto del Futuro, que se presenta como la próxima hoja de ruta del organismo multilateral. Para Milei, este programa no es más que un intento de imponer un modelo colectivista a nivel global.
“La Agenda 2030, aunque bienintencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional que atenta contra la soberanía de los Estados-nación y violenta el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas”, sostuvo el presidente argentino.
Y agregó: “Es una agenda que pretende solucionar la pobreza, la desigualdad, y la discriminación, con legislación que las profundiza. La historia del mundo demuestra que la única manera de garantizar la prosperidad, es limitando el poder del monarca, garantizando la igualdad ante la ley; y defendiendo el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de los individuos”.
Milei, apoyado en su mirada libertaria del mundo, completó con un concepto personal que nunca había sido presentado en el recinto de la Asamblea General. “Hemos visto cómo una organización que nació para defender los derechos del hombre, ha sido una de las principales propulsoras de la violación sistemática de la libertad, como por ejemplo con las cuarentenas a nivel global durante el año 2020, que deberían ser consideradas delitos de lesa humanidad″.
Antonio Guterres, secretario General de la ONU, tuvo una gestión con grises y contradicciones. Y empuja el Pacto del Futuro para tener un legado personal al momento de abandonar su cargo diplomático. Habitualmente, los mandatarios que llegan a New York para estas fechas piden una audiencia con Guterres. Milei no lo tuvo en cuenta, ya que cuestiona su creación intelectual que es la agenda 2030 y su proyección hacia adelante.
“Lo que se está discutiendo esta semana aquí, en Nueva York, no es otra cosa que la profundización de ese rumbo trágico que esta institución ha adoptado”, señaló al aludir a las discusiones sobre el Pacto del Futuro, un documento que promueve compromisos más estrictos sobre la Agenda 2030.
Milei amplió su crítica hacia lo que considera como una falta de coherencia en la ONU. Uno de sus señalamientos más duros estuvo relacionado con la composición del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. “En esta misma casa, que dice defender los derechos humanos, han permitido el ingreso al Consejo de Derechos Humanos a dictaduras sangrientas como Cuba y Venezuela, sin el más mínimo reproche”, afirmó el mandatario argentino.
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Fuente: Infobae.