El presidente Javier Milei decidió disolver la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) como parte de una profunda reforma estatal. Las funciones de la Dirección General Impositiva (DGI) y la Dirección General de Aduanas (DGA) pasarán a estar bajo la órbita del Ministerio de Economía, liderado por Luis Caputo, quien consolida más poder dentro del gabinete.
En reemplazo de la AFIP, se creará la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), un organismo que busca simplificar la estructura estatal y optimizar los procesos de recaudación y control aduanero.
Principales medidas:
- Nueva estructura: la creación de ARCA apunta a reducir los costos y mejorar la eficiencia en la recaudación, eliminando el «curro del Massismo», según fuentes del Gobierno.
- Reducción de personal: 3.155 empleados serán desvinculados, representando un 15% de la plantilla de la AFIP, debido a su ingreso irregular durante la administración kirchnerista.
- Ajuste salarial: los altos cargos perderán beneficios sobre la recaudación, y sus sueldos se reducirán significativamente. La titular de la AFIP, que ganaba cerca de 32 millones de pesos, percibirá el salario equivalente al de un ministro, que ronda los 4 millones de pesos.
- Ahorro estatal: se estima que la reducción de cargos superiores en un 45% y de los inferiores en un 31% permitirá un ahorro anual de 6.400 millones de pesos.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, expresó que estas reformas buscan construir un Estado más eficiente, sin «organismos que cercenen las libertades de la gente de bien».