El Gobierno argentino ha decidido interrumpir la producción de billetes de $1.000 y $2.000, confirmando también el nombramiento de Pedro Daniel Cavagnaro como interventor de la Casa de la Moneda. La medida, anunciada por el vocero presidencial Manuel Adorni, responde a la desvalorización de estas denominaciones debido a la inflación y a la creciente preferencia por los pagos electrónicos.
El billete de $2.000, lanzado en mayo de 2023 con las figuras de Ramón Carrillo y Cecilia Grierson, ya no se imprimirá más, ya que, según Adorni, “la emisión de billetes de baja denominación no tiene ningún sentido, dado el costo elevado y la escasa utilidad en el actual contexto económico”. La Casa de la Moneda también suspenderá temporalmente todas sus actividades de impresión, y el personal dedicado a estas labores deberá tomar vacaciones obligatorias.
El Banco Central había destinado ya el 45% de tres contratos de impresión, incumplidos por Casa de la Moneda, lo que finalmente motivó la suspensión. Además, las denominaciones más altas, como el billete de $20.000, que serán impresas en el extranjero, reemplazarán progresivamente a las de menor valor, alineando la moneda local con la inflación actual.
La Casa de la Moneda enfrenta deudas y problemas tecnológicos que la alejaron de su rol tradicional, y, por primera vez, el organismo parece acercarse a un cierre definitivo, una decisión que el Gobierno considera necesaria en un entorno económico donde la digitalización y la eficiencia son prioridad.
