El riesgo país de Argentina, medido por JP Morgan, continúa su descenso y este lunes se sitúa en 923 puntos básicos, marcando un nuevo mínimo en cinco años tras romper la barrera de los 1.000 puntos el viernes pasado. Aunque esta baja refleja una mejora en la percepción de riesgo, los analistas consideran que el indicador aún debería descender a menos de 500 puntos para que el país pueda emitir deuda en dólares a tasas sostenibles y competitivas en el mercado internacional.
Para los especialistas, este es un avance alentador, pero advierten que el gobierno necesitaría reducir significativamente este índice antes de intentar una nueva emisión de bonos. En comparación, países de la región como Brasil, Chile y Uruguay mantienen niveles de riesgo país considerablemente más bajos, facilitándoles el acceso a deuda a tasas menores al 6% anual. Argentina, sin embargo, aún enfrenta tasas cercanas al 13% debido a la alta percepción de riesgo.
La situación económica actual plantea la posibilidad de que el país recurra a fuentes de financiamiento alternativas, como préstamos de organismos multilaterales o acuerdos REPO con bancos, mientras se estabiliza la economía interna. Este descenso en el riesgo país podría acelerar las condiciones para una emisión en el segundo semestre de 2025 si continúa la tendencia de baja y se cumplen metas clave, como el superávit fiscal y el control de inflación, según apuntan analistas de GMA Capital y CeSur.
Con este panorama, el gobierno de Javier Milei deberá seguir trabajando en la mejora de la situación fiscal y en la acumulación de reservas para asegurar una mayor estabilidad económica y financiera en 2025.