El riesgo país argentino, medido por JP Morgan, alcanzó su nivel más bajo desde abril, perforando los 1.200 puntos básicos este martes. Este indicador, seguido por inversores internacionales, mide el diferencial entre las tasas de los bonos del Tesoro de EE.UU. y los emitidos por países emergentes como Argentina. Su caída refleja un clima financiero más favorable y ha sido impulsada por el alza de los bonos argentinos en dólares, que han alcanzado sus máximos precios desde su emisión en 2019.
La mejora en los precios de los bonos soberanos, algunos de los cuales subieron entre 1% y 2%, está directamente vinculada con el esfuerzo del gobierno de Javier Milei por mantener el superávit fiscal y reducir la inflación, factores clave para recuperar la confianza inversora. La fuerte demanda de estos títulos ha elevado sus precios y, en consecuencia, reducido los rendimientos, lo que se traduce en una caída del riesgo país.
Uno de los factores coyunturales que ha impulsado esta tendencia ha sido el avance del programa de blanqueo de capitales, que ha generado un ingreso significativo de dólares, estimado en unos USD 13.000 millones, que están siendo invertidos en bonos públicos. Además, la voluntad de pago del gobierno, que recientemente canceló deuda con ley extranjera para 2025, ha reforzado la confianza en los mercados.
Otro factor relevante es el escenario financiero global, donde la Reserva Federal de EE.UU. ha comenzado a reducir las tasas de interés, lo que ha llevado a los fondos de inversión a adoptar posturas más agresivas, incorporando bonos de mercados emergentes como los de Argentina.
El descenso del riesgo país es crucial para el financiamiento gubernamental, ya que un riesgo más bajo facilita la emisión de deuda a tasas más accesibles. Sin embargo, aunque el panorama es alentador, los analistas advierten que la sostenibilidad de esta tendencia dependerá de la estabilidad macroeconómica y de la capacidad del gobierno para continuar con sus reformas fiscales y financieras.