Elisa Flores, directora de Epidemiología, advirtió sobre la incertidumbre en la llegada de vacunas y el impacto económico de que la provincia asuma la compra de dosis.
La provincia del Chaco enfrenta una situación compleja en su campaña de vacunación contra el dengue. La falta de cobertura adecuada y la incertidumbre respecto al suministro de nuevas dosis han generado inquietud tanto en las autoridades de salud como en la población. Desde que la campaña comenzó en septiembre, el Ministerio de Salud ha advertido sobre la baja participación, especialmente entre los adolescentes, un grupo clave para detener la propagación del virus.
A esta problemática se suma el reciente anuncio del Ministerio de Salud de la Nación, que ha comunicado que no enviará más vacunas a las provincias. Este cambio obligaría a Chaco a asumir el costo de la compra de las dosis necesarias para continuar con la campaña. Las autoridades provinciales han mostrado preocupación por el impacto económico que esta decisión podría tener, ya que no estaba contemplado en los presupuestos originales. Esto añade una presión adicional, considerando que la temporada del mosquito transmisor del dengue está en su etapa más crítica.
El panorama es incierto. Las dosis prometidas por Nación no han llegado en su totalidad, y aún no hay información clara sobre si habrá un nuevo envío. El laboratorio responsable de la producción de las vacunas ha estado enviando las dosis de manera escalonada, lo que ha ocasionado demoras significativas en la distribución. Si bien la provincia de Chaco ha recibido una parte de lo prometido, ahora enfrenta la posibilidad de tener que evaluar la compra directa de nuevas vacunas, lo que implicaría una reorganización financiera.
El impacto no solo afecta a Chaco, sino también a otras provincias del país. En Misiones, por ejemplo, ya se ha confirmado que será el gobierno local quien deba asumir la responsabilidad de adquirir las vacunas. Esta medida forma parte de un plan más amplio por parte del gobierno nacional que busca transferir ciertos costos a las administraciones provinciales, en un intento de reducir el gasto público centralizado.
Mientras tanto, en Chaco se intenta mantener la campaña activa con las dosis disponibles. La prioridad, por ahora, es asegurar que quienes ya recibieron la primera dosis puedan completar su esquema con la segunda. Sin embargo, la continuidad y el alcance de la campaña están en juego, dependiendo de los recursos que pueda destinar la provincia para comprar más vacunas y de la cooperación del gobierno nacional en la entrega de las dosis pendientes.
En este contexto, las autoridades provinciales deben lidiar no solo con la baja participación en la vacunación, sino también con la presión de garantizar la salud pública frente a la creciente amenaza del dengue, un desafío que parece requerir una respuesta conjunta y coordinada entre el gobierno nacional y los gobiernos provinciales para evitar que la situación se agrave aún más.
