El gobierno de Justin Trudeau anunció una reducción significativa en el número de inmigrantes permitidos en 2025. Esta decisión refleja un cambio en la política migratoria del país en respuesta a la preocupación pública.
En un giro notable de su política migratoria, el gobierno de Canadá ha decidido reducir el número de inmigrantes que ingresan al país, con el objetivo de “frenar el crecimiento demográfico”. Esta medida, anunciada por el primer ministro Justin Trudeau, establece que el número de residentes permanentes permitidos en 2025 se limitará a 395.000, lo que representa un 21% menos en comparación con los casi 500.000 autorizados previamente.
Trudeau admitió que su administración “no obtuvo el equilibrio adecuado” tras haber impulsado la inmigración después de la pandemia, periodo en el que Canadá enfrentaba una escasez de mano de obra. La decisión de recortar el flujo migratorio surge en un contexto donde el apoyo a las políticas de apertura ha comenzado a disminuir. Las encuestas indican un aumento en la preocupación de los ciudadanos canadienses respecto a la llegada de más inmigrantes, especialmente en lo que respecta a su impacto en la vivienda y en los servicios sociales.
Este recorte en la inmigración se suma a la reciente reducción en la admisión de estudiantes internacionales y trabajadores extranjeros temporales, lo que sugiere un cambio más amplio en la estrategia del gobierno hacia la migración. La nueva política busca abordar las inquietudes de la población y gestionar las presiones que enfrentan los sistemas de vivienda y asistencia social en el país, a medida que Canadá se adapta a los desafíos que plantea el crecimiento poblacional.