La falta de viviendas y las malas condiciones de las actuales afectan a millones de personas en Argentina. Un informe reciente del Indec revela que más de un millón de personas viven en condiciones de hacinamiento crítico, lo que subraya la urgencia de políticas habitacionales efectivas.
Argentina atraviesa una crisis habitacional que impacta a millones de personas, con problemas tanto de cantidad como de calidad de viviendas. Según la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), el déficit habitacional alcanza los 3.24 millones de viviendas, y de este total, el 35.45% corresponde a la falta de viviendas (déficit cuantitativo), mientras que el 64.55% se debe a deficiencias en las viviendas existentes (déficit cualitativo), como baja calidad de materiales y falta de servicios básicos.
Un informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) presentado ayer destacó que más de un millón de personas en el país viven en condiciones de hacinamiento crítico. En el primer semestre de este año, 1.105.000 personas, en aproximadamente 201.000 hogares, fueron identificadas en esta situación, representando el 3.7% de la población.
El hacinamiento es solo una de las caras de este problema. En áreas rurales, la falta de servicios esenciales como agua potable y alcantarillado agrava la situación, mientras que en zonas urbanas, el problema radica en la calidad de las construcciones. Un informe de la Fundación Tejido Urbano señala que la falta de inversión en infraestructura es una de las causas principales del déficit habitacional, afectando a las poblaciones más vulnerables. Argentina comparte este problema con otros países de América Latina, como Brasil, México y Bolivia, donde la urgencia por mejorar la infraestructura y los servicios de vivienda también es crítica.