Héctor Romero, el camionero señalado como la última persona en tomar contacto con María Cash antes de su desaparición en julio de 2011, fue detenido con prisión preventiva por el presunto homicidio calificado con alevosía de la diseñadora. Un audio interceptado entre Romero y su hermano David resultó clave en la causa y refuerza las sospechas en su contra.
La conversación telefónica, realizada el pasado 8 de julio —aniversario de la desaparición de Cash—, revela cómo ambos hermanos discuten sobre la reapertura del caso y la estrategia que Héctor debería seguir. David le aconseja repetir su versión original de los hechos y buscar un abogado, mientras que Héctor insiste en su inocencia y señala que no está formalmente imputado.
Entre los fragmentos destacados, David le dice:
“Declarás lo mismo que dijiste antes y no cambies nada. Si cambiás, van a pensar que andás en algo raro.”
Por su parte, Héctor menciona:
“No tengo nada que ver. Yo solo levanté a una que hacía dedo, ni siquiera estoy seguro si era ella.”
La charla se extiende sobre temas personales, pero vuelve recurrentemente al caso, mostrando la preocupación de ambos por las nuevas citaciones y la aparición de la foto de Héctor en los medios.
El contexto judicial
En noviembre, David Romero declaró como testigo y complicó aún más la situación de su hermano al afirmar ante la jueza federal Mariela Giménez:
“Si se mandó una cagada, que se haga cargo.”
Los investigadores interpretaron esta declaración como una ruptura en el posible “pacto de silencio” familiar. La jueza Giménez ya trabaja bajo la presunción de un homicidio y evalúa realizar nuevos rastrillajes en busca del cuerpo de la diseñadora desaparecida.
La desaparición de María Cash
María Cash fue vista por última vez en julio de 2011, cuando viajaba hacia Salta. Las investigaciones, plagadas de hipótesis y contradicciones, nunca habían logrado un avance significativo hasta la intervención de nuevas pruebas y testimonios.
La mesa interdisciplinaria conformada por el Cuerpo de Investigación Fiscal y Gendarmería Nacional detectó contradicciones en las declaraciones de Héctor Romero, lo que llevó a intervenir sus comunicaciones y reforzar la hipótesis de su participación en el crimen.
