El Gobierno Nacional ha tomado la decisión de cerrar de manera definitiva la planta impresora de billetes ubicada en Don Torcuato, conocida como la ex Ciccone, que había sido expropiada a la familia Ciccone en 2012 tras un escándalo de corrupción que involucró al ex vicepresidente Amado Boudou. La planta, que pertenecía a la Casa de Moneda, será subastada, lo que permitirá al Estado ahorrar aproximadamente $5.000 millones anuales.
El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció el cierre a través de su cuenta de X, destacando que la medida ya está en marcha con la retirada de maquinaria y el cierre de las oficinas del establecimiento. Caputo, quien actualmente se encuentra en Brasil asistiendo a la cumbre del G-20, explicó que los 270 empleados de la planta serán dispensados mientras se evalúan las políticas laborales a seguir.
La decisión del cierre se alinea con la interrupción de contratos entre el Banco Central y la Casa de Moneda para la impresión de billetes de baja denominación. Ante los atrasos en la producción y la baja utilidad de los billetes, el Banco Central resolvió cancelar esos acuerdos y optó por importar billetes de $10.000 y $20.000 desde China.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, también se refirió al tema, afirmando que el cierre de la planta simboliza el fin de uno de los casos más notorios de corrupción del gobierno anterior. Adorni subrayó que, debido a los altos costos de producción local, el país ahora comprará billetes a proveedores internacionales, lo que resultará en un importante ahorro para el Estado.
Con el cierre de la planta, el proceso de destrucción de billetes deteriorados, una de las actividades que aún se realizaba en el lugar, se agilizará. Parte de las funciones de la planta serán trasladadas a la sede de Retiro, mientras que otra maquinaria será retirada definitivamente.
La decisión de subastar la planta pone fin a un capítulo de la historia reciente del país, marcando un cambio en la política monetaria y financiera del Estado.