Este viernes se iniciaron las cruciales negociaciones entre Aerolíneas Argentinas y tres sindicatos aeronáuticos, luego de una semana marcada por paros y un ultimátum del Gobierno nacional. La reunión comenzó a las 14 horas en la sede de la empresa en Aeroparque, donde los líderes gremiales de APLA, AAA y APA llegaron para discutir propuestas salariales y evitar medidas más drásticas, como la privatización o cierre de la aerolínea estatal.
El presidente Javier Milei abrió la jornada con una declaración contundente: “En la Argentina se sale laburando, no parando y extorsionando”, en alusión a las recientes medidas de fuerza y el paro salvaje que dejó a pasajeros varados en aeropuertos. Esta afirmación, junto con la advertencia de que “Intercargo llega a su fin”, puso de manifiesto la firme postura gubernamental.
Las protestas que involucraron a empleados de Intercargo—encabezadas por Edgardo Llano del sindicato APA—culminaron en la desvinculación de 15 trabajadores y la promesa de desregular el servicio de rampa, abriendo el sector a la competencia privada. Esta decisión, defendida por el vocero presidencial Manuel Adorni, generó una reacción gremial que amenaza con nuevas paralizaciones de vuelos. “Los vuelos del sábado van a sufrir demoras o cancelaciones”, anticipó Llano.
El secretario de Transporte, Franco Mogetta, delineó un plan más drástico: la privatización de Aerolíneas Argentinas o su administración por los empleados, de no lograrse acuerdos. “No habrá más financiamiento estatal”, remarcó, recordando los costos multimillonarios que la empresa supuso en los años del kirchnerismo.
Los líderes gremiales, incluyendo a Pablo Biró (APLA) y Juan Pablo Brey (AAA), exigieron un aumento salarial del 35% para equiparar el poder adquisitivo perdido y enfatizaron que cualquier solución debe pasar por la mesa de negociación. Brey subrayó que un desfasaje salarial del 90% desde noviembre necesita atención urgente, aunque admitió escepticismo sobre las intenciones del Gobierno, a quien acusó de politizar el conflicto para capitalizar apoyo.
El desenlace de estas reuniones es incierto y podría determinar si Aerolíneas Argentinas enfrenta un cambio radical en su estructura o si los sindicatos logran un acuerdo que garantice la estabilidad de sus trabajadores y operaciones. La tensión continúa, y el país observa atento el resultado de este delicado diálogo.