La crecida del río Paraná mejoró las condiciones de navegabilidad, pero las autoridades portuarias insisten en la necesidad de dragado para garantizar la operatividad a largo plazo. Empresarios y meteorólogos coinciden en la importancia de la infraestructura.
La reciente crecida del río Paraná, que superó los dos metros, ha generado un rayo de esperanza para las autoridades portuarias de Barranqueras, que atravesaron varios meses de crisis hídrica, dificultando la navegación. «Es un avance», destacó Alicia Azula, administradora del puerto. Sin embargo, Azula advirtió que depender de las fluctuaciones naturales del río es insostenible a largo plazo y pidió avanzar con el dragado del riacho Barranqueras. Hace poco estaban a 70 centímetros. Ahora tienen 2,10 metros, pero en una semana se podría estar nuevamente por debajo de 1 metro, según especialistas.
La administradora del puerto enfatizó la necesidad de asegurar previsibilidad para poder consolidar el corredor bioceánico, vital para conectar Paraguay y Brasil con los puertos del Pacífico. «La estabilidad del río es clave para mantener la competitividad del puerto y reducir los costos logísticos, especialmente para el transporte de combustible, granos y arena hacia el norte del país», agregó.