A partir de enero de 2024, las tarifas de electricidad y gas sufrirán un aumento del 1,6% y 1,85%, respectivamente. Ambos ajustes se sitúan por debajo de la inflación proyectada para el próximo año. Este incremento sigue a las actualizaciones autorizadas en diciembre por el Gobierno, cuando los precios mayoristas de la luz aumentaron un 2% y los del gas un 2,5%.
La actualización contempla varios componentes, entre ellos el Costo Propio de Distribución (CPD), el Costo de la Energía Suministrada en Malas Condiciones (CESMC) y el Costo de la Energía No Suministrada (CENS). Estos incrementos afectarán a las principales proveedoras de servicios eléctricos, como Edenor, Edesur, Distrocuyo S.A., Transener, y otras distribuidoras regionales.
Límite en los consumos subsidiados
Los usuarios subsidiados continuarán con sus beneficios, pero existen límites. Los consumidores de nivel 3 (ingresos medios) pagarán la tarifa completa si superan los 250 Kwh/mes, mientras que los de nivel 2 (ingresos bajos) tienen un límite de 350 Kwh/mes. Actualmente, 9,5 millones de usuarios eléctricos y 5,3 millones de usuarios de gas siguen recibiendo subsidios.
Preparativos ante el verano
Aunque el clima ha sido más moderado de lo previsto, las empresas distribuidoras han implementado un plan de contingencia, aumentando en un 30% sus cuadrillas de emergencia y mejorando las redes eléctricas. Se espera que este verano haya picos de calor, pero, hasta ahora, no ha sido necesario recurrir a las medidas de reducción de demanda energética que se habían planificado con los grandes consumidores.
Los pronósticos iniciales preveían un verano más caluroso, pero la situación meteorológica ha sido más favorable, lo que ha evitado problemas en el suministro eléctrico hasta la fecha.