Un caso en el Chaco involucra a una agente policial imputada por impedir el contacto entre un padre y su hijo. La causa también investiga presuntas amenazas con arma de fuego y un supuesto abuso sexual contra el menor.
La integridad de un niño está en el centro de una compleja causa judicial que combina denuncias cruzadas, presunto abuso sexual y violencia de género en la provincia del Chaco. Según Pablo Vianello, abogado del padre del menor, el conflicto comenzó cuando una agente de la policía chaqueña fue acusada de amenazar con un arma a su expareja, un ex policía retirado por invalidez.
El padre denunció que, además de las amenazas, la madre impedía sistemáticamente el contacto con su hijo, una conducta tipificada como delito en el Código Penal. Tras la intervención de la fiscalía penal, la agente fue imputada y citada a declarar. La ley estipula que, tras la imputación, debe realizarse una audiencia en un plazo de diez días con la participación de una asesora de menores para intentar restablecer el vínculo entre el progenitor y el niño.
Aunque inicialmente se logró una revinculación parcial, el caso tomó un giro alarmante cuando el niño reveló a su padre haber sufrido presuntos abusos sexuales por parte de un familiar de su madre. Ante esta situación, la fiscalía ordenó exámenes psicológicos y físicos para el menor, pero la madre incumplió la citación para que el niño fuera evaluado.
“La preocupación por la integridad del menor es extrema”, declaró Vianello, quien también subrayó la gravedad de las falsas denuncias en este tipo de casos, que pueden entorpecer investigaciones y perjudicar a las víctimas reales. La causa sigue abierta y bajo investigación, mientras se busca garantizar la protección y el bienestar del niño en un contexto de alta conflictividad familiar.