Bien sabemos que el turismo como el desplazamiento temporal de personas fuera de su entorno habitual con fines de ocio, es una actividad dinámica altamente condicionada por los vaivenes de la economía, las leyes de la oferta y la demanda y el valor de la moneda entre el destino y el punto de partida. Todos estos factores determinan los flujos de una temporada más allá de las preferencias, la capacidad de ahorro y de bolsillo del veraneante típico.
En líneas generales el movimiento turístico en 2024 experimentó una recuperación significativa después de la pandemia. Entre enero y septiembre de este año, se registraron 975 millones de turistas internacionales, lo que representa un aumento del 38% en comparación con 2023. Según la Confederación Argentina de la mediana empresa CAME, en la Argentina hubo un gran movimiento turístico en el último fin de semana largo del 16 al 18 de noviembre, con más de 1,4 millones de turistas y un impacto económico cercano a los 200 mil millones de pesos.
Por su parte los datos difundidos por la Subsecretaría de Turismo de la Nación indicaron que en el norte del país se registró un gran movimiento, en especial en Tucumán y Catamarca, donde se llegó al 100% de reservas para ese fin de semana. Por otra parte el impacto económico proyectado para el fin de semana del Día de la Soberanía Nacional, se produjo con mayor volumen del gasto en Buenos Aires, con $38.376 millones de pesos (22,7% del total); el Litoral (18,1%) y la Patagonia (14,6%).
En lo que refiere al desarrollo del turismo de naturaleza de la Región Litoral, como la visita a los parques nacionales Gran Iberá, en Corrientes; y El Impenetrable, en el Chaco, en líneas generales hubo una leve disminución de turistas extranjeros, pero un interesante movimiento de visitantes de la región, lo que evidencia un aumento del flujo de circulación interna.
A nivel de conservación aumentó en la región la cantidad de ejemplares emblemáticos como el yaguareté en Chaco y Corrientes, donde las distintas estrategias de reintroducción y recuperación de la especie, emprendidas por la Fundación Rewilding Argentina están dando esperanzadores resultados en las áreas protegidas. Por otra parte los distintos avistajes y la viralización de algunos videos en redes sociales despertaron el interés de potenciales visitantes.
Es de esperar que estas observaciones de fauna sean más frecuentes en la medida que aumente el número de visitantes, tanto como un conjunto de acciones de prevención de la caza ilegal por parte de los guardaparques y las fuerzas de seguridad, que a su vez pondrá en mejores perspectivas de crecimiento poblacional a las distintas especies, completando un círculo virtuoso.
Tener un destino turístico con ‘garantía’ de avistaje, mejoras en las instalaciones y accesibilidad, podría disparar las cifras de visitantes en un plazo no muy lejano, como sucede actualmente en la región del Pantanal, en Mato Grosso do Sul, Brasil. En este gran humedal se registraron ingresos en el orden de los siete millones de dólares, en 2019, justo antes de la pandemia.
El trabajo sostenido de los distintos proyectos de reintroducción del yaguareté en el Iberá y de recuperación del felino en el Impenetrable, ya comenzó a transformar la realidad con un incipiente aumento poblacional de ejemplares, que se contrapone con la tendencia predominante de años atrás, que los llegó a empujar al borde del abismo de la extinción.
Más allá de los vaivenes de la economía, el trabajo sostenido e interrelacionado de los distintos organismos y jurisdicciones intervinientes como la Administración de Parques Nacionales, los gobiernos provinciales y municipales; y las distintas organizaciones no gubernamentales como la Fundación Rewilding Argentina, hará posible una mayor afluencia de turistas junto al invalorable aporte de las comunidades que con su oferta de servicios de turismo de naturaleza, contribuirán al desarrollo turístico de la región.