A partir de febrero, una nueva ley restringirá el uso de dispositivos móviles en las aulas y recreos de primaria y secundaria. La medida cuenta con amplio respaldo de padres y busca proteger a los jóvenes del impacto negativo de las pantallas.
Desde febrero, los estudiantes de primaria y secundaria en Brasil deberán dejar sus celulares fuera del aula, tras la aprobación de una ley que prohíbe su uso en los centros educativos. La normativa, respaldada por el Congreso y el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, tiene como objetivo reducir los efectos nocivos del uso excesivo de dispositivos móviles en la salud mental y el aprendizaje de los jóvenes.
La ley se dirige a estudiantes de entre 4 y 17 años y establece la prohibición de celulares tanto en las aulas como durante los recreos, con excepciones para actividades pedagógicas o necesidades de accesibilidad. Según datos del Instituto Locomotiva y QuestionPro, el 82% de los padres brasileños apoya esta medida, mientras que el Comité Gestor de Internet indica que más de la mitad de los adolescentes entre 10 y 13 años ya poseen un teléfono móvil, proporción que asciende al 87,6% en jóvenes de 14 a 17 años.
Aunque muchas escuelas ya aplicaban restricciones parciales, esta ley unifica criterios en todo el país. También exhorta a las instituciones a abordar problemas como la adicción a las pantallas y los desafíos de salud mental asociados, implementando estrategias educativas y preventivas.