Al menos cinco incendios arrasan más de 11.000 hectáreas en el sur de California, impulsados por fuertes vientos. Las autoridades declaran estado de emergencia y movilizan recursos federales.
Los devastadores incendios forestales que golpean California ya dejaron dos muertos, un «alto número» de heridos y alrededor de 155.000 personas evacuadas. Los siniestros más grandes, en Palisades y Eaton, han consumido más de 11.000 hectáreas, mientras los vientos de hasta 160 km/h complican las tareas de contención.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró el estado de emergencia, mientras que el presidente Joe Biden calificó la situación como una «catástrofe grave», aprobando el envío de equipos aéreos y terrestres, incluyendo aviones cisterna, helicópteros y camiones especializados. «He aprobado la solicitud del gobernador Gavin Newsom de asistencia federal para enfrentar esta crisis», señaló el mandatario.
Según el jefe de bomberos de Los Ángeles, Anthony Marrone, las condiciones climáticas y la topografía dificultan el trabajo de más de 10.000 efectivos desplegados en la zona. “Más de 10.000 casas están en riesgo inminente por las llamas, y lamentablemente ya hemos perdido vidas humanas», afirmó en conferencia de prensa.
La situación podría agravarse en las próximas horas, ya que el Servicio Meteorológico Nacional advirtió que las condiciones extremas persistirán hasta el jueves. Mientras tanto, la agencia FEMA ha aprobado ayudas de emergencia para cubrir los costos inmediatos de la lucha contra el fuego y la atención a los damnificados.