Un cabo primero y su hermano, cadete de la Escuela de Policía, fueron arrestados tras protagonizar un violento episodio en el boliche «30 y Pico». Estaban ebrios y realizaron disparos al aire, generando pánico entre los presentes.
Un cabo primero de la Policía provincial y su hermano, un cadete de cuarto año de la Escuela de Policía, fueron detenidos en la madrugada del domingo luego de protagonizar un violento incidente en el boliche «30 y Pico», ubicado en el barrio San Roque Oeste. Ambos se encontraban en evidente estado de ebriedad cuando comenzaron a generar disturbios, lo que motivó la intervención del personal de seguridad del local.
La situación se descontroló cuando, en medio del altercado, se efectuaron disparos de arma de fuego. Un sargento que cubría servicio adicional en el boliche alertó al 911, lo que llevó a un operativo de urgencia. Al llegar, los agentes encontraron a Gustavo Carlos Fernández (42), cabo primero de la Unidad Especial de Seguridad Hospitalaria, fuera del local tras haber sido expulsado por su conducta violenta. En ese momento, su hermano, Sergio Daniel Fernández (22), cadete de la Policía, irrumpió armado y disparó al aire, exigiendo que no tocaran a su hermano.
El joven fue reducido tras realizar un segundo disparo. En su poder se halló una pistola Bersa 9 mm con ocho municiones, además de varias vainas servidas en la escena. Ambos fueron trasladados a la Comisaría Décimo Quinta, donde los test de alcoholemia arrojaron niveles alarmantes: el cadete tenía 1.41 g/l de alcohol en sangre, mientras que su hermano presentaba 2.94 g/l.
La Fiscalía interviniente inició una causa por portación de arma de guerra y agresión con arma de fuego contra el cadete, mientras que el cabo enfrenta un proceso contravencional interno. La causa está a cargo de la Unidad Fiscal de Investigación Criminal N°6, conducida por Gustavo Roubineau. Mientras avanza la investigación, el cadete podría ser expulsado de la Escuela de Policía y su hermano enfrentaría sanciones dentro de la fuerza. La rápida intervención policial evitó una tragedia mayor, aunque el hecho pone en evidencia la grave irresponsabilidad de los implicados.