El sector agropecuario enfrenta una de las peores sequías de los últimos años
La provincia del Chaco atraviesa una grave crisis hídrica que afecta de manera crítica a productores agrícolas y ganaderos, poniendo en riesgo la producción y el abastecimiento de agua en zonas rurales. Mientras las autoridades implementan medidas paliativas, la falta de lluvias agrava el panorama.
El presidente de la Administración Provincial del Agua (APA), Jorge Pilar, explicó que se están realizando más de 50 perforaciones en distintos puntos del territorio chaqueño. “Estamos utilizando todas las herramientas disponibles, aunque el agua de perforación no siempre es apta para consumo humano”, advirtió. Pese a las dificultades, aseguró que estos trabajos permiten garantizar el acceso al recurso para el uso agropecuario y servicios esenciales.
Además, Pilar destacó que el organismo trabaja en conjunto con otras entidades para asegurar el suministro de agua en escuelas, hospitales y comisarías. Como parte de un plan piloto en Misión Nueva Pompeya, se instaló una planta envasadora compacta que filtra y desinfecta agua, facilitando su distribución en bidones de 20 litros.
Sin embargo, el desafío persiste. “Las perforaciones profundas son costosas y muchas veces nos encontramos con agua con alta conductividad, lo que implica la presencia de sales y suelos”, explicó Pilar. Para optimizar los trabajos, se firmó un acuerdo con el INTA para realizar estudios geoeléctricos antes de excavar.
El pronóstico climático no ofrece alivio inmediato. “No se esperan precipitaciones abundantes en Chaco”, reconoció Pilar, aunque expresó su deseo de que la situación cambie. Mientras tanto, productores y comunidades rurales enfrentan el impacto de una sequía que ya es considerada una de las más severas de los últimos tiempos.
