Hugo Orlando Gatti, uno de los arqueros más emblemáticos del fútbol argentino, murió este domingo a los 80 años. Internado desde hacía más de dos meses en el Hospital Pirovano, su estado de salud se había agravado tras una fractura de cadera y una infección intrahospitalaria que derivó en neumonía, insuficiencia cardíaca y renal.
Figura indiscutida de Boca Juniors y apodado “El Loco” por su estilo audaz y extravagante, Gatti fue un pionero en su puesto: salió del arco como un defensor más, usó buzos llamativos, vincha y hasta protagonizó publicidades cuando eso no era habitual en el fútbol.
Debutó en Atlanta en 1962, pasó por River, Gimnasia y Unión, pero fue en Boca donde alcanzó su consagración: ganó el Metropolitano 1976, la Copa Libertadores 1977 y la Intercontinental de ese mismo año. En el recuerdo queda también su atajada decisiva en la final ante Cruzeiro, que le dio a Boca su primera Libertadores.
Su retiro llegó en 1988, tras un error en un partido ante Deportivo Armenio que marcó el final de una carrera extensa e inolvidable. En los últimos años, vivió en España y fue una figura mediática por sus polémicas opiniones futboleras.
Se va un arquero distinto, un personaje único que marcó una época. Gatti no solo defendió arcos: hizo del fútbol un espectáculo. Su legado será eterno en la historia del deporte argentino.
