Sin cepo y con dólar flotante, el Gobierno lanza la Fase 3 de su plan económico con apoyo del FMI

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Con el respaldo de una inyección de divisas por USD 20.000 millones del Fondo Monetario Internacional, organismos multilaterales y bancos privados, el Gobierno nacional anunció el inicio de la Fase 3 de su programa económico. Esta nueva etapa marca el fin del cepo cambiario tal como se conocía y la implementación de un régimen de flotación administrada del tipo de cambio, con el objetivo central de retomar la senda de desinflación interrumpida en el último mes.

Desde el próximo lunes, el dólar oficial comenzará a fluctuar dentro de una banda entre los $1.000 y $1.400, la cual se actualizará mensualmente a razón del 1%: el piso bajará y el techo subirá, abriendo progresivamente el rango de flotación. El Banco Central podrá intervenir si el valor del dólar toca alguno de los extremos de la banda, pero también se reserva herramientas para actuar en el mercado aún dentro de ese corredor.

La eliminación de la mayoría de las restricciones del cepo incluye el fin del límite de compra de USD 200 mensuales para personas físicas, la habilitación para operar a quienes cobraron subsidios durante la pandemia y el levantamiento de la resolución 7340 que complicaba la operatoria con dólares financieros. Sin embargo, aún no se liberarán los giros de utilidades al exterior, aunque se contempla un bono Bopreal 4 para atender esa demanda en el corto plazo.

El nuevo esquema cambiario era una condición clave del FMI para aprobar la ampliación del programa de apoyo financiero. En su último staff report, el organismo proyectó una recuperación del PBI del 5,5% y una inflación anual en torno al 18–23% para 2025, una baja significativa respecto al 118% registrado a fines de 2024.

“El nuevo régimen cambiario contribuirá a estabilizar expectativas, reducir la inflación y mejorar la competitividad externa”, destacó el Banco Central en un comunicado. También subrayó que el acceso más fluido a divisas para importaciones tendrá un impacto positivo en la actividad económica, el empleo y la inversión.

El dato más reciente de inflación, correspondiente a marzo, arrojó una suba del 3,7%, por encima de lo esperado. No obstante, el Gobierno apuesta a que el anclaje fiscal, una política monetaria restrictiva y el nuevo marco cambiario permitirán consolidar el proceso de desinflación a mediano plazo.

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